La tasa de inflación en Estados Unidos ha dado un giro inesperado, subiendo dos décimas en octubre y alcanzando un 2,6%. Esta subida marca el fin de seis meses consecutivos de descensos, generando preocupación entre economistas y consumidores por igual.

La conocida inflación subyacente, que excluye productos energéticos y alimentos no elaborados, se mantuvo sin cambios en 3,3%, un dato crucial para la Reserva Federal (Fed) a la hora de tomar decisiones sobre tasas de interés.

Analizando más a fondo, el índice de vivienda creció un 0,4%, contribuyendo a más de la mitad del aumento en los precios de consumo, con un incremento interanual impresionante del 4,9%. Por su parte, los precios de los alimentos también aumentaron un 0,2% en octubre, con una subida interanual del 2,1%.

Aunque el índice de energía se mantuvo estable en octubre, después de caer un 1,9% en septiembre, se observa una tendencia a la baja con un descenso interanual del 4,9%.

En paralelo a esta situación de inflación, la Fed acababa de anunciar la reducción de los tipos de interés en un cuarto de punto, marcando la segunda caída consecutiva desde septiembre. Este ajuste coloca la tasa de referencia en un rango del 4,5% al 4,75%. La titular del organismo, la señora Powell, indicó que cualquier ajuste adicional dependerá de una evaluación meticulosa de otros indicadores económicos, incluida la inflación.

A pesar de estos ajustes, la economía estadounidense se muestra resiliente. En octubre, la creación de empleo se desplomó a solo 12,000 nuevos puestos, una notable caída respecto a los 211,000 del mes anterior, influenciada por desastres naturales y huelgas. Sin embargo, la tasa de desempleo se mantuvo estable en un 4,1%, un nivel aún considerado bajo por muchos economistas.

La economía estadounidense sigue mostrando signos de robustez, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,7% en el tercer trimestre de 2024, igual que en el segundo trimestre.

Las expectativas se centran ahora en la próxima reunión del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC), programada para el 17 y 18 de diciembre, donde se debatirán nuevamente las tasas de interés, lo que podría influir notablemente en el futuro económico del país.