La diputada Catalina Pérez se encuentra en el ojo del huracán tras las acusaciones de borrado de mensajes que podrían incriminarla en la investigación por un fraude al Fisco de $426 millones relacionados con la fundación Democracia Viva, encabezada anteriormente por su expareja, Daniel Andrade. Este caso ha llevado a la fiscalía a solicitar su desafuero.

En una reveladora entrevista con CNN Chile, Pérez negó rotundamente haber eliminado mensajes que pudieran comprometer su situación legal, aclarando que solo borró aquellos de carácter íntimo. "Todos los demás mensajes están a disposición de la fiscalía; entregué mi celular de manera voluntaria", afirmó.

Esta declaración contradice informes de la Policía de Investigaciones (PDI) que alegan la eliminación de mensajes entre Pérez y Carlos Contreras, ex Seremi de Vivienda, quien también se encuentra bajo escrutinio en el caso. "De las tratativas de los convenios, no hay un solo mensaje borrado, ninguno…", recalcó la diputada.

Pérez admitió que la decisión de eliminar los mensajes íntimos fue una medida de precaución ante las filtraciones que han surgido en el contexto de la investigación. "Borré todas las situaciones íntimas y conversaciones personales que nada tienen que ver con el caso... Fue una decisión acertada dadas las circunstancias", subrayó.

La diputada también hizo referencia a mensajes que indicaban gestiones para demostrar que la sede de Democracia Viva no era una oficina fantasma. Aseguró que esa acción fue imprudente, y la calificó de un intento erróneo de proteger a su entonces pareja: "Fue una búsqueda desesperada para proteger a alguien involucrado en una polémica que me afectaba a mí también".

Pérez se mostró muy crítica respecto a otros mensajes que han salido a la luz. A pesar de considerarlos 'horribles' y de los cuales se arrepiente, enfatizó que tales comunicaciones son posteriores a los presuntos delitos y no demuestran ninguna relación con el tráfico de influencias o fraude.

La parlamentaria explicó también el contexto de una conversación que mantuvo con Miguel Crispi, el jefe de los asesores del Presidente Gabriel Boric, la cual ella había negado anteriormente. Según Pérez, fue solo una 'conversación de pasillo' en un cónclave de partidos oficialistas, donde Crispi comentó que el caso requería ser investigado a fondo. Aclaró que su único contacto formal con el gobierno fue a través de la entonces subsecretaria de Vivienda, Tatiana Rojas.

Reconoció que cometió un “tremendo error” al no prever que su pareja y el seremi, con quienes mantenía una relación, pudieran estar involucrados en la suscripción de los convenios controvertidos. "Fue un error de ponderación e implicó confiar ciegamente en quien en ese momento era mi pareja", reflexionó.

Este escándalo destaca la fragilidad de las relaciones personales en el ámbito político y cómo pueden afectar la carrera de un funcionario público. La situación está lejos de resolverse, mientras Catalina Pérez continúa en la defensa de su inocencia. ¿Seguirá esta historia teniendo nuevas revelaciones? ¡Sigue atento para no perderte el desenlace!