En un giro inesperado de los acontecimientos políticos en Chile, varios diputados oficialistas han exigido la renuncia de Miguel Crispi, jefe de Asesores del Segundo Piso, después de que se revelara su reunión con la diputada Catalina Pérez, a tan solo un día de conocerse el controvertido caso de la Fundación Democracia Viva.

La diputada Camila Musante, líder de la bancada IND-PPD, no dudó en calificar la situación: “sí, debería salir”. Musante, quien ha sido crítica del desempeño de Crispi, argumentó que la falta de responsabilidad de este funcionario puede poner en riesgo no solo su cargo, sino también la estabilidad del Gobierno del Presidente.

“Crispi ha complicado al Gobierno en múltiples ocasiones”, afirmó Musante. “Es fundamental que, como representantes del pueblo, tomemos decisiones que protejan la integridad de nuestra gestión. Un funcionario que actúa de manera irresponsable, especialmente en un tema tan delicado, debe dar un paso al costado”, añadió, haciendo hincapié en que su conducta ha generado constantes críticas hacia la administración.

Por su parte, el diputado Marcos Ilabaca (PS) también se pronunció enfáticamente: “Crispi admitió en la comisión de investigación que solo conoció los rumores sobre el caso Convenios, pero hoy queda claro que no fue un simple rumor, sino una reunión formal que lo involucra directamente”.

La presión sobre Crispi crece, ya que Ilabaca destacó que estos problemas recurrentes solo parecen aumentar y representan un obstáculo para el Gobierno y el Presidente. “Es evidente que su permanencia no beneficia a nadie”, añadió.

A pesar de las exigencias, Ilabaca dejó claro que la decisión de destituir a Crispi no recae en el Parlamento: “quien tiene la capacidad de nombrar o remover a sus funcionarios es el Presidente. No somos nosotros quienes determinamos su continuidad”. La interrogante que queda en el aire es: ¿tomará el Presidente la difícil decisión de dejar caer la cabeza de uno de sus principales asesores? La política chilena sigue en un estado de tensión, y todos esperan una respuesta que podría cambiar el rumbo de la administración actual.