Yuval Noah Harari, el renombrado autor israelí de "Sapiens" (2011) y "Nexus" (2024), ha explorado la travesía de la humanidad a lo largo de la historia en sus obras. Entre los inventos más aterradores que hemos creado, Harari no deja de subrayar los riesgos que presenta la Inteligencia Artificial (IA).

Desde su perspectiva, esta tecnología podría despojarnos de nuestra herramienta más poderosa: el lenguaje y las narrativas que nos han permitido dominar el planeta. Con la llegada de sistemas que pueden comunicarse de forma efectiva, las repercusiones podrían ser devastadoras.

En una reciente charla con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Harari reflexionó sobre un futuro incierto y peligroso, invadido por la IA. "Estamos desatando sobre el mundo la tecnología más poderosa jamás creada", advirtió el autor.

Harari enfatiza que la IA "es radicalmente diferente de la imprenta, de la bomba atómica y de cualquier otra invención. Es la primera tecnología en la historia que puede tomar decisiones y generar nuevas ideas de manera autónoma.”

A diferencia de una bomba atómica, que no puede decidir dónde detonar, la IA es capaz de realizar elecciones en ámbitos como las finanzas, creando su propio contenido e instrumentos. Lo que conocemos de la IA en 2024 es solo un esbozo primitivo de una revolución que apenas comienza, y el autor señala que no podemos prever su evolución futura.

El intelectual también advirtió sobre la escasez de países que lideran el desarrollo de la IA. "Si no somos cuidadosos, enfrentaremos una repetición a gran escala de lo que ocurrió durante la Revolución Industrial", argumentó, citando el siglo XIX, cuando solo unas pocas naciones—como Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón y Rusia—se adaptaron a la acelerada industrialización, dejando a otras naciones atrás.

"Con el tiempo, el mundo entero fue conquistado o dominado indirectamente por estas potencias industriales, y muchos países todavía luchan por recuperarse del trauma causado por esa era industrial. En el contexto actual, eso podría suceder de nuevo con la IA, con un selecto grupo acaparando el control y los demás quedando en la marginalidad”, agregó.

Harari también expresó su preocupación por la posible monopolización de las narrativas humanas. “Con la aparición de la IA, por primera vez las historias que sostienen a las sociedades podrían ser fruto de una inteligencia no humana”, advirtió. Esto podría dar lugar a narrativas religiosas o financieras creadas por IA, lo que plantea un riesgo significativo: “Nadie podría entender estas narrativas, y mucho menos supervisarlas.”

"La IA tiene el potencial de ser increíblemente beneficiosa, pero si se descontrola, el peligro existencial es real. Para mí, IA no significa solo Inteligencia Artificial, sino que se asemeja más a una 'Inteligencia Alienígena', no porque provenga del espacio exterior, sino porque se origina en nuestros propios laboratorios. Es alienígena en el sentido de que opera y decide de manera muy distinta a cómo lo harían los humanos", subrayó.

Durante su conversación con el FMI, Harari también destacó cómo los humanos somos los únicos capaces de imaginar el futuro a través de relatos, pero esta capacidad podría transformarse drásticamente con el avance de la tecnología, alterando las sociedades de formas inimaginables. Por ejemplo, utilizó el dinero como ilustración: su valor es una construcción narrativa compartida. Sin una creencia en esa narrativa, el valor se desvanece.

La llegada de la IA podría erosionar las narrativas humanas que conocemos y reemplazarlas por otras generadas por inteligencias no humanas, difíciles de comprender. Esto provocaría un cambio radical en nuestra concepción del valor y la economía, que podría estar basada cada vez más en el intercambio de información más que en el dinero.

Harari concluyó ejemplificando con el caso de Google: "Utilizo Google cada día, pero mi estado bancario no muestra un intercambio de dinero; no le pago a Google ni Google me paga a mí. El valor que obtengo de Google es información". La riqueza, en el futuro, podría dejar de medirse en dinero físico y empezar a hacerlo en términos de la información que poseemos.

La advertencia de Harari es clara: la inteligencia artificial tiene el potencial de alterar nuestra forma de vida, nuestra economía y nuestras creencias de formas que apenas comenzamos a comprender, y la humanidad debe prepararse para afrontar estos cambios profundos.