La prolongación del túnel de Beiramar promete revolucionar la movilidad en la ciudad de Vigo con la peatonalización de un tramo crucial de la avenida, que va desde la rotonda del puerto hasta el cruce con la calle Coruña. Este ambicioso proyecto no solo busca facilitar el tránsito, sino también reducir la contaminación acústica que actualmente azota a esta concurrida zona. Con la estimación de que cerca de 40,000 vehículos, muchos de ellos pesados, transitan diariamente por allí, la iniciativa ha obtenido el respaldo de diversas autoridades, incluyendo la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Vigo.

De acuerdo con el mapa de ruido municipal, los niveles de sonido en el área donde convergen los cuatro carriles alcanzan una alarmante media de 75 decibelios entre las 7 de la mañana y las 11 de la noche. Este es un problema significativo, ya que, para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite recomendado para la salud y el bienestar humano es de solo 53 decibelios. Las cifras de ruido son tan inquietantes que las mediciones nocturnas apenas bajan a niveles entre 60 y 70 decibelios, evidenciando que Beiramar es uno de los puntos más ruidosos de la ciudad.

La consultora de ingeniería ambiental Allpe advierte que un nivel de 75 decibelios es comparable al ruido de una discusión a gritos o el sonido de electrodomésticos en plena actividad. Pasar de esta medida puede comenzar a causar daños irreversibles en la salud. La implementación de túneles ha demostrado ser eficaz para mitigar la contaminación acústica al absorber gran parte del ruido generado por el tráfico, creando así un ambiente más habitable. Los túneles modernos pueden incorporar materiales específicos que mejoran aún más el aislamiento acústico, algo crucial para mejorar la calidad de vida del vecindario.

Este tipo de mejoras es evidente en otras zonas urbanas donde la eliminación de carreteras de la superficie ha permitido la creación de espacios públicos más tranquilos y agradables. La realidad en Vigo podría cambiar con el desarrollo del túnel, similar a lo que ya sucede en la infraestructura que conecta Guixar con el puerto, que facilitó la peatonalización de la zona del Náutico.

Por otro lado, la Zona Franca ha expresado su intención de colaborar en esta transformación urbana a través de un convenio que involucra varias administraciones. La Xunta se ha comprometido a financiar parte del proyecto, mientras que el alcalde Abel Caballero busca involucrar al Ministerio de Transportes, dado que la avenida es de titularidad del Puerto.

Pero el asunto no se detiene ahí; la lucha contra la contaminación también abarca el aire. Los túneles pueden ayudar a desviar el tráfico subterráneamente, creando áreas más limpias y seguras en la superficie para los residentes y peatones. Sin embargo, dentro de los túneles, la concentración de contaminantes puede ser un reto que debe ser gestionado con sistemas de ventilación eficaces. Estos sistemas están diseñados para filtrar el aire, eliminando partículas nocivas y gases tóxicos, mitigando así el impacto ambiental de su infraestructura.

En este contexto de búsqueda de soluciones, la empresa emergente española Absorved ha creado un fotobiorreactor que utiliza algas para absorber CO2, contribuyendo de manera innovadora a combatir el cambio climático y generando biocombustibles sostenibles. Este desarrollo representa un paso hacia un futuro más ecológico, similar a iniciativas exitosas en otras ciudades, como el túnel de circunvalación central de Wan Chai en Hong Kong, que cuenta con sistemas de purificación de aire que eliminan hasta el 80% de los contaminantes.

Los residentes de Beiramar esperan ansiosos esos cambios y su impacto positivo en el entorno. ¿Podrá la ciudad de Vigo convertirse en un modelo de sostenibilidad y bienestar urbano? ¡Solo el tiempo lo dirá!