A medida que Donald Trump se prepara para asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, la atención se centra en quién será su secretario de Estado, y el senador cubanoamericano Marco Rubio se perfila como un fuerte candidato para el puesto.

Rubio, un republicano influyente, ha jugado un papel crucial en la política hacia Latinoamérica durante el primer mandato de Trump, especialmente gracias a su posición en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Sin embargo, sus recientes declaraciones en torno a la supuesta conexión entre Hezbolá y Chile están generando un gran revuelo en la región.

Durante una sesión del subcomité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Rubio no dudó en señalar que la agrupación terrorista libanesa estaría operando en territorio chileno. 'Hemos visto varios casos de estas organizaciones delictivas transnacionales asociándose con grupos terroristas extranjeros en toda América Latina', afirmó, especificando que Chile ha sido un foco de actividad.

El senador destacó que el gobierno del presidente chileno Gabriel Boric ha mantenido una postura crítica hacia Israel, recordando que a inicios de 2022 el país sudamericano se negó a aceptar las credenciales del embajador israelí. 'Esto me preocupa porque Chile ha sido una de las voces más críticas contra Israel en América Latina', expresó Rubio. Las tensiones diplomáticas entre estos países han dejado a muchos en la comunidad internacional cuestionando las verdaderas intenciones de Boric.

Rubio hizo hincapié en la falta de acciones efectivas por parte de Chile para desmantelar las redes financieras de Hezbolá. Se preguntó retóricamente: '¿Cuánto están haciendo realmente para frenar las operaciones de Hezbolá en el país?'. Esto ha llevado a un clima de tensión, no solo entre la política estadounidense y chilena, sino también entre las naciones aliadas.

La reacción del gobierno chileno no se hizo esperar. El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, expresó su enfado ante estas afirmaciones, calificándolas de insulto y falta de respeto hacia una democracia aliada. Valdés subrayó que las acusaciones de Rubio carecen de fundamento, resaltando que no existen empresas vinculadas a Hezbolá en Chile y que, históricamente, el país ha sido un socio estratégico de Estados Unidos.

Este episodio pone de relieve la creciente influencia de las relaciones internacionales sobre las políticas domésticas en Chile, y muchos se preguntan: ¿Hasta dónde llegarán las tensiones y qué impacto tendrán en las futuras relaciones entre Chile y Estados Unidos? Las decisiones que tome Trump sobre su gabinete podrían tener repercusiones significativas en la política exterior hacia América Latina.