MADRID 12 Nov.

En un evento destacado realizado en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), se ha discutido la urgente necesidad de implementar programas de bienestar en los lugares de trabajo para hacer frente a la creciente problemática de la soledad no deseada. Organizaciones empresariales y la Fundación ONCE enfatizaron que la lucha contra este fenómeno social es esencial para mejorar no solo la calidad de vida de los empleados, sino también la productividad de las compañías.

La soledad no deseada ha sido identificada como un problema de gran repercusión, afectando no solo a la salud emocional de los trabajadores, sino también al rendimiento laboral. La CEOE y la Fundación ONCE afirmaron que las empresas deben asumir un rol protagónico, creando espacios laborales donde se fomente la comunicación y la colaboración entre colegas, así como ofreciendo recursos de apoyo psicológico.

Un estudio del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) reveló que este aislamiento involuntario tiene un costo anual estimado de 7,8 millones de euros solo en pérdida de producción en España. Además, el aislamiento también genera unos gastos sanitarios significativos que, junto a la falta de productividad, elevan el costo total a 14,1 millones de euros al año. Este alarmante dato subraya la necesidad inmediata de abordar el tema con seriedad.

Según el informe, las pérdidas de producción asociadas a muertes prematuras a consecuencia de la soledad no deseada representaron, en 2019, la perdida de 848 años potenciales de vida productiva, con un impacto económico estimado superior a los 191,2 millones de euros. Este fenómeno no solo afecta a las empresas, sino que también tiene un alto costo social.

Durante el evento, figuras clave como Marina Serrano, vicepresidenta de la Fundación CEOE, y Virginia Carcedo, secretaria general de Fundación ONCE, instaron a la creación de políticas y programas que promuevan una cultura organizacional más inclusiva y solidaria. La presidenta de SoledadES, Matilde Fernández, y otros expertos discutieron las medidas que pueden adoptarse, como la capacitación de líderes empresariales para reconocer signos de soledad en sus equipos y la creación de redes de apoyo interno.

Este encuentro también destacó que la responsabilidad de combatir la soledad no recae únicamente en instituciones o agentes sociales, sino que las empresas deben colaborar activamente para detectar y resolver este problema. Fomentando un ambiente laboral saludable y humano se puede alcanzar no solo una mejor calidad de vida para los trabajadores, sino también una mayor productividad y compromiso por parte de todos.

¡Este es un llamado a la acción!

Las empresas tienen en sus manos la oportunidad de transformar el entorno laboral y contribuir a una sociedad más unida!