Argentina, un país históricamente conocido por su sobreabundancia de abogados y psicólogos, se encuentra en una encrucijada inesperada: la carrera de medicina ha despegado a niveles nunca antes vistos, desafiando la tradicional dominancia de derecho y psicología. Desde hace años, derecho ha sido la carrera más elegida en las universidades, mientras que psicología competía por el segundo puesto. Pero en un giro sorprendente, la medicina ha conquistado la cima en varias universidades, como la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Rosario, según datos de la Secretaría de Educación.

Si se analizan las estadísticas de 71 universidades públicas y 62 privadas del país, la medicina se posiciona como la segunda carrera más popular, solo superada en números por derecho. Sin embargo, el aumento de aspirantes a medicina ha sido asombroso: desde 2010, el número de estudiantes ha crecido un 106.6%, a pesar de que esta es una de las carreras más largas y rigurosas, con sueldos que no siempre corresponden al esfuerzo realizado. La Universidad de La Plata ha visto un crecimiento del 175% en la matrícula de medicina, y la UBA, del 64%.

Un fenómeno que ha contribuido a este auge es la masiva llegada de estudiantes extranjeros que buscan estudiar medicina en Argentina. En 2022, el 32% de los aspirantes a médicos en la UBA eran internacionales. Existe un flujo constante de estudiantes, especialmente de Brasil y Ecuador, donde el acceso a universidades públicas es extremadamente competitivo. La expectativa de acceder a una educación de calidad a un costo razonable en Argentina ha atraído a jóvenes de toda América Latina.

Sin embargo, este aumento en la matrícula no se refleja aún en un aumento proporcional de profesionales de la salud en el sistema. Expertos han señalado que la crisis en el sistema de salud argentino persiste y no se ve aliviada por la llegada de nuevos estudiantes. A pesar de ser un país con una elevada matrícula de aspirantes a medicina, la cantidad de médicos que se forman y se quedan en el país sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda.

Es importante destacar que, una vez que obtienen su título, muchos estudiantes extranjeros regresan a sus países de origen. Como dice Helena, una estudiante brasileña, el sistema educativo en Brasil se caracteriza por ser muy competitivo, y la UBA ofrece una calidad educativa reconocida en toda Latinoamérica. En contraposición, los sueldos de los médicos en Argentina son considerados bajos, lo cual desencanta a muchos que buscan una mejor calidad de vida.

La presencia de estudiantes internacionales no solo enriquece la diversidad cultural en las aulas sino que también plantea desafíos. Algunos de ellos han reportado experiencias de discriminación o dificultad para integrarse, en especial debido a la competencia por los limitados espacios disponibles en las universidades públicas, donde la cantidad de demanda ha aumentado considerablemente desde la reforma educativa de 2015 que permite el ingreso irrestricto a los graduados de secundaria.

En resumen, la carrera de medicina en Argentina está viviendo un momento histórico marcado por un aluvión de estudiantes tanto argentinos como extranjeros. Sin embargo, este vertiginoso crecimiento plantea preguntas sobre la capacidad del sistema universitario para adaptarse a la creciente demanda y la crucial necesidad de reformar el sistema de salud para garantizar que más médicos puedan formar parte de él. La dualidad entre un incremento en la matrícula y la falta de profesionales en el sistema de salud subraya la urgencia de abordar los desafíos actuales y garantizar una mejor atención médica para todos.