Un verdadero escándalo ha sacudido al fútbol peruano después de que el presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, fuera arrestado por fraude, lavado de activos y corrupción. La noticia se propaga como un reguero de pólvora tras las imágenes de la policía ingresando a su domicilio. Lozano, durante su traslado, clamó en silencio: “Espero que se haga justicia, que todo se aclare”. Pero, ¿cuál es el verdadero trasfondo de su detención?

Todo gira en torno a una negociación por los derechos televisivos de la liga peruana, que se selló en Chile y que involucró a múltiples actores y una compleja red de intereses. Desde 2020, Lozano trató de transformar la forma en que se transmitían los partidos, buscando que la federación retuviera los derechos de transmisión que hasta entonces disfrutaban los clubes de manera individual, lo que provocó la ira de gigantes como Alianza Lima.

En un contexto de altas tensiones, Lozano miró hacia el modelo chileno y, en julio de 2020, propuso a la asamblea que se contratara a la empresa Grupo Prisma SPA, famosa por su éxito en la gestión de derechos en Chile. Sin embargo, estos llamados intentos de modernización pronto se verían empañados por un conflicto de intereses. La Fiscalía peruana alega que Lozano y su equipo trataron de beneficiar a la misma empresa que los asesoraba, ignorando las quejas de otros clubes.

Las etapas de la negociación son complejas: se formó una Comisión de Derechos de Televisión que viajó a Chile para preparar la licitación. En septiembre de 2022, cuando se abrieron las ofertas en Santiago, sólo se recibió una propuesta, de la empresa 1190 Sports, que más tarde se descubrió estaba directamente relacionada con familiares y amigos del entorno del mismo Lozano.

El documento de la justicia peruana detalla cómo varios de los implicados tenían vínculos que hacían imposible que se desarrollara un proceso transparente. La relación entre las empresas involucradas y los miembros de la comisión levantó una serie de sospechas, lo que resultó en una extensa investigación de 663 páginas en las que se mencionó a Chile en 154 ocasiones.

Uno de los protagonistas recurrentes en toda esta trama es David Belmar Torres, cofundador de 1190 Sports, empresa que también ha sido crucial en la expansión de contratos millonarios en el fútbol chileno, incluso facilitando roles para casas de apuestas como Betway con clubes locales. Belmar ha sido vinculado a la televisión chilena y ha estado en el ojo del huracán por sus actividades en el fútbol profesional.

La situación actual en Perú es crítica: Agustín Lozano y sus aliados enfrentan un periodo de detención de 15 días mientras se desarrollan las investigaciones. Esto podría ser solo el comienzo de un escándalo que va más allá del deporte, involucrando el entramado político y empresarial de la región y haciéndose eco de la corrupción en el balompié latinoamericano. Estaremos atentos a más novedades en esta historia que promete más sorpresas.