Cristóbal Martínez, un joven chileno de 27 años, se ha convertido en una figura emergente en el mundo del pádel, y ha estado causando revuelo con sus recientes logros. Agradeciendo las múltiples felicitaciones que ha recibido tras superar la qualy del Premier Padel P2 en Cancún, un torneo que se asemeja a un ATP 500 en tennis, el nacional posicionándose como el número 184 del mundo, se muestra emocionado por su progreso.

"Perdón por la demora, tenía colapsado el celular", dice, reflejando la avalancha de mensajes que han llegado a su dispositivo tras alcanzar este hito. "Este es un gran momento para nosotros; haber pasado la qualy es motivo de gran alegría y satisfacción. Hace poco tuvimos una experiencia increíble en Gijón, donde ganamos un partido que fue espectacular", comparte entusiasmado.

Con la firme intención de internacionalizar su carrera, él destaca que este año planea participar en la mayor cantidad de torneos internacionales posible. "Cada viaje y cada sacrificio que hacemos reflejan nuestro compromiso con mejorar y crecer. Desde que comenzamos a trabajar con Altruva, he sentido un avance significativo en mi preparación física, alimentación y estrategia de torneo", explica.

Los desafíos que ha enfrentado en su carrera son variados. Cristóbal confiesa que los viajes pueden ser agotadores. En febrero, su vida se complicó de forma sorprendente. Tras participar en el selectivo FEPACHI en Viña del Mar, se vio en la obligación de viajar a Gijón en un corto lapso de tiempo. "La experiencia fue intensa. Tuvimos que regresar a Santiago rápidamente para recoger nuestras cosas y tomar el vuelo. La diferencia horaria nos dejó exhaustos", recuerda entre risas.

Entre anécdotas divertidas de su travesía, Cristóbal cuenta un percance que vivió al llegar al Aeropuerto de Madrid. "Teníamos que arrendar un auto para ir a Gijón, pero nos dimos cuenta de que habíamos reservado para otra fecha. Ya no había trenes y los buses tardaban demasiado, así que optamos por arrendar otro auto en el momento. Terminé manejando cuatro horas y media justo tras aterrizar, pero gracias a Dios, pudimos jugar algo al día siguiente", relata.

Con un futuro brillante por delante, Cristóbal Martínez no solo está rompiendo barreras en el pádel nacional, sino también dejando una huella en el escenario internacional. ¿Hasta dónde llegará este joven talento? ¡La historia apenas comienza!