Ciencia

¡Descubre la sorprendente fórmula matemática que Trump usó para fijar aranceles y por qué algunos expertos la llaman un "disparate"!

2025-04-03

Autor: Isidora

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso un controvertido arancel del 10% sobre las importaciones, con tasas aún más altas para ciertos países que él etiquetó como "peores infractores". Pero, ¿cómo llegó su administración a estos cálculos? Esta cuestión ha generado un intenso debate entre economistas y analistas.

Recientemente, un análisis de BBC Verify descubrió que la metodología utilizada por la Casa Blanca para calcular estos aranceles se basó en un sencillo proceso matemático. Aparentemente, se tomó el déficit comercial de Estados Unidos con cada país, se dividió por el total de importaciones de ese país, y luego se redujo esa cifra a la mitad, en lo que Trump consideró un gesto de "bondad".

Por ejemplo, con China, cuyo déficit comercial alcanzó los 295.000 millones de dólares, y un total de importaciones de 440.000 millones, el cálculo arrojó un 34% como tarifa arancelaria. Esta fórmula fue aplicada uniformemente, incluso a países con los que Estados Unidos tiene superávit comercial, como el Reino Unido, que enfrentó un arancel del 10%, a pesar de no tener un déficit.

Los críticos, entre ellos el periodista de economía James Surowiecki, han denunciado esta metodología como "tremendo disparate", argumentando que simplificar el problema a una simple división ignora las complejidades del comercio internacional. Afirma Surowiecki que esta lógica es "estúpida y tramposa" para justificar políticas poco coherentes.

Pero ¿qué hay de la reciprocidad? El concepto de aranceles recíprocos implica que las tasas deberían basarse en lo que otros países ya cobran a EE. UU. Sin embargo, los aranceles impuestos por la Casa Blanca no parecen seguir este principio. En las cifras presentadas no se considera la situación del comercio de servicios, en la cual Estados Unidos tiene un destacado superávit.

Este régimen arancelario ha suscitado preocupaciones sobre repercusiones más amplias. Trump sostenía que los países extranjeros inundan el mercado estadounidense con productos baratos que perjudican la economía local y generan pérdida de empleos. Con esta política, esperaba revitalizar la manufactura estadounidense y proteger los trabajos locales, pero muchos economistas advierten que esta estrategia puede ser contraproducente.

Economistas como el profesor Jonathan Portes, del King's College de Londres, sugieren que aunque los aranceles pueden reducir el déficit comercial con ciertos países, no se espera que eliminen el déficit global de EE. UU., cuyo origen es más complejo y está ligado a cómo los estadounidenses gastan e invierten más de lo que ganan.

Según especialistas, la lógica detrás de estos aranceles parece más una ingeniería inversa por parte de la administración para justificar impuestos a países específicos, en lugar de apoyarse en fundamentos económicos sólidos. Thomas Sampson, de la London School of Economics, enfatiza que esta metodología carece de justificación económica y podría resultar costosa para la economía global.

Con más de 100 países impactados por este régimen arancelario, la incertidumbre continúa acechando el comercio internacional. ¿Se cumplirá el objetivo de Trump de proteger la economía estadounidense o esta fórmula resultará ser un cálculo erróneo? La respuesta parece estar más allá de las simples operaciones matemáticas en juego.