La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) está tras la pista de un alarmante ataque contra el hogar de un comandante de Gendarmería en Cauquenes, ubicado en la región del Maule. Este hecho se produjo en la noche del sábado, cuando un grupo de desconocidos se presentó en la vivienda, lanzando disparos y dejando un mensaje escalofriante junto a un ramo de flores.

El escrito, impreso y directo, decía: “Descansa en paz, se despide tu familia pronta muerta”. La amenaza continuaba: “Así como estás muerto tú, vamos por tus amigos sapos, tenemos todas las ubicaciones de todos. Atte. Los en contra del abuso”. Este ataque no solo resalta la creciente amenaza hacia los funcionarios de Gendarmería, sino también el clima de inseguridad que se vive actualmente en el país.

Es importante destacar que el comandante afectado es un oficial destacado en la cárcel Santiago 1, una de las prisiones más difíciles del país. Esta semana, el centro penitenciario fue escenario de múltiples operativos de registro, donde las autoridades lograron incautar una cantidad significativa de drogas y otros elementos prohibidos, lo que subraya la magnitud de los problemas que enfrenta el sistema carcelario.

El Coronel Andrés Muñoz Verdugo, dirigente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios (ANOP), comentó sobre la gravedad del asunto. “No se trata de un hecho aislado, las amenazas han ido en aumento, aumentando la tensión y el riesgo para más de 20 mil funcionarios que ejercen su labor a lo largo del país”, declaró. Según él, esto evidencia la constante exposición al peligro que enfrentan, especialmente por la nueva criminalidad que se manifiesta en los centros penitenciarios.

El Coronel también hizo un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas efectivas que garanticen la seguridad de los funcionarioss, quienes todos los días arriesgan sus vidas en el cumplimiento de sus deberes.

La investigación, que tiene carácter reservado, está siendo gestionada por la Brigada de Criminalística de Cauquenes de la PDI y será entregada a la Fiscalía Metropolitana Occidente. Con cada día que pasa, la pregunta persiste: ¿qué más se necesita para proteger a quienes velan por nuestra seguridad?