En los últimos años, la tendencia hacia la reducción de la semana laboral ha cobrado fuerza en Europa, especialmente tras la pandemia, que ocasionó cambios drásticos en la forma en que concebimos el trabajo. Pero hay un país que se ha destacado por llevar a cabo esta ambiciosa idea de manera exitosa: ¡Islandia!

Entre 2015 y 2019, Islandia desarrolló un innovador experimento donde más de 2,500 funcionarios del sector público en Reikiavik, representando aproximadamente el 1% de la población activa del país, participaron en la reducción de su semana laboral de 40 a solo 35 o 36 horas, sin que sus salarios se viesen afectados.

Inicialmente, el programa se centró en los trabajadores del Ayuntamiento, pero pronto se expandió a otros sectores críticos como hospitales y servicios sociales, gracias a la presión de los sindicatos y grupos de la sociedad civil.

Los resultados fueron asombrosos: un informe detallado elaborado por investigadores del laboratorio Autonomy y la Asociación Islandesa por una Democracia Sostenible (Alda) reveló que la productividad no solo se mantuvo, sino que aumentó en muchos puestos de trabajo. Además, los empleados reportaron un bienestar notablemente mejorado: menos estrés y una reducción significativa del riesgo de agotamiento. La capacidad de equilibrar trabajo y vida personal se convirtió en una realidad tangible.

"La experiencia islandesa demuestra que no solo es posible trabajar menos, sino que también podemos adaptarnos a un modelo de trabajo más humano", afirmó Gudmundur D. Haraldsson, investigador de Alda.

Este cambio no solo ha sido beneficioso para los trabajadores, sino que también ha llevado a una transformación en los patrones laborales de Islandia. Los sindicatos han comenzado a negociar semanas laborales de cuatro días para miles de empleados, y entre 2020 y 2022, un impresionante 51% de los trabajadores del país aceptó esta opción.

A pesar de ello, Islandia ha conseguido mantener un crecimiento económico acelerado, superando a la mayoría de sus pares europeos. Según el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía islandesa creció un 5% en 2023, mientras que su tasa de desempleo se situó en un bajo 3.4%, lo que resalta el potencial de una semana laboral reducida que funciona sin perjudicar la economía.

¡La experiencia de Islandia abre un nuevo capítulo en la historia laboral mundial y cuestiona si otros países se atreverán a seguir su ejemplo! ¿Estamos al borde de una nueva revolución laboral en todo el mundo? ¡Solo el tiempo lo dirá!