El cierre del Campeonato Nacional en Chile estuvo marcado por un momento altamente polémico: el gol anulado a Leandro Fernández, delantero de Universidad de Chile. Esta situación fue clave, especialmente considerando que Colo Colo y la U disputaban sus partidos finales al mismo tiempo.

El incidente ocurrió en el minuto 88 del enfrentamiento entre los azules y Everton. En una jugada confusa, el lateral Marcelo Morales se interpuso ante Federico Martínez y robó el balón, aparentemente cometiendo una falta que el árbitro Francisco Gilabert no tuvo en cuenta inicialmente. Cuando finalmente el balón llegó a Fernández y este marcó el 2-1 a favor de La U, el VAR decidió intervenir por la acción de Morales.

Después de revisar la jugada, Gilabert decidió anular el gol de Fernandez, validando la falta a favor de Everton, lo que desató una ola de críticas hacia el cuerpo arbitral y su decisión. Ante esta controversia, Roberto Tobar, presidente de la Comisión de Árbitros, rompió el silencio y expresó su respaldo hacia el funcionamiento del VAR. En declaraciones a La Tercera, destacó: “Lo ideal hubiera sido sancionar la falta de inmediato para evitar situaciones como esta. No obstante, el VAR cumplió con su función al revisar y proporcionar las pruebas a Gilabert, quien hizo la interpretación correcta”.

Tobar enfatizó que la jugada fue extremadamente rápida y que el ritmo intenso del partido podría haber llevado a decisiones erróneas, sugiriendo que las jugadas de contacto eran comunes en ese momento del encuentro.

Este incidente no solo afectó el partido, sino que también tuvo consecuencia en la definición del campeonato. Si el gol de Fernández se hubiera validado, Universidad de Chile habría tenido la oportunidad de jugar una final decisiva contra Colo Colo, intensificando aún más la rivalidad entre ambos equipos.

Con este episodio, el debate sobre la eficacia del VAR y la actuación de los árbitros en el fútbol chileno se reaviva, dejando a los aficionados preguntándose si es hora de reformar las normas o de capacitar mejor a los árbitros. ¡Un desenlace inesperado que podría tener repercusiones para las decisiones en el futuro!