Salud

Del Virgen del Rocío a la Academia Nacional de Medicina: "La psiquiatría debe integrarse con la neurociencia"

2025-04-03

Autor: Mateo

Benedicto Crespo-Facorro, nacido en Alcalá la Real (Jaén) y con raíces familiares en Salamanca, se ha convertido en un referente en el ámbito de la psiquiatría en España. Tras su formación en Medicina en la Universidad de Granada y su especialización en Psiquiatría en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ha estado trabajando en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla desde 2019, donde además de ser catedrático de Psiquiatría, lidera la Unidad de Gestión Clínica y el Servicio de Psiquiatría y Salud Mental, uno de los más importantes del país.

Recientemente, Crespo-Facorro ha dado un importante paso en su carrera al ser nombrado miembro de la Real Academia Nacional de Medicina (RANME), ocupando el sillón número 16. Este honor lo convierte en el primer profesional de la salud que combina sus funciones en un hospital público con esta alta distinción académica. “Es un hito significativo, no solo para mi carrera, sino también para Andalucía”, comenta Crespo-Facorro sobre su nuevo rol, que será oficializado en los próximos meses.

La RANME, que cuenta con un total de 40 sillones vitalicios, tiene como objetivo promover el conocimiento y prestar apoyo a las instituciones que busquen referentes en distintas áreas del saber médico. Benedicto se suma a una lista ilustre de psiquiatras famosos que han ocupado este cargo, como el pionero Vallejo-Nájera y el reconocido López Ibor.

La pasión de Crespo-Facorro por la psiquiatría comenzó desde su trayectoria académica y clínica, donde siempre se sintió intrigado por el cerebro, el órgano "más desconocido y atractivo" del cuerpo humano. Su enfoque combinado en la humanidad y la ciencia lo ha llevado a abogar por un cambio en la investigación en salud mental, promoviendo una mejor comprensión de los factores biológicos asociados a enfermedades mentales.

En cuanto al uso de psicofármacos, el doctor destaca la necesidad de un consumo racional y evita la estigmatización de medicamentos como las benzodiazepinas. En sus palabras, "los psicofármacos no son tóxicos y pueden ser esenciales para mantener el equilibrio mental". Sin embargo, también subraya la importancia de buscar alternativas no farmacológicas cuando sea posible.

Uno de los desafíos actuales en salud mental, según Crespo-Facorro, son los altos índices de ansiedad y depresión en la población, así como el aumento de trastornos de la personalidad y trastornos alimentarios. "Nuestro sistema sanitario aún carece de herramientas adecuadas para abordar estas afecciones de manera eficaz", advirtió.

Por último, el doctor advierte sobre el impacto negativo de las redes sociales en la educación sobre salud mental, ya que mucha información proviene de fuentes no acreditadas. “Aunque las redes han facilitado el acceso a información sobre salud mental, también han contaminado la comprensión de estos temas”, concluye. Su compromiso con la mejora de la atención en salud mental continúa siendo una de sus principales prioridades.