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COP29 en Azerbaiyán: ¿Un regalo de Dios o una farsa climática?

2024-11-14

Autor: Emilia

La COP29, la cumbre anual de Naciones Unidas dedicada a combatir el cambio climático, se llevará a cabo en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre. Sin embargo, la elección de Azerbaiyán como anfitrión ha suscitado una gran controversia, ya que el presidente Ilham Aliyev ha declarado que el petróleo y el gas son "un regalo de Dios", mientras su gobierno planea aumentar la producción de combustibles fósiles, una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.

Azerbaiyán tiene la intención de incrementar su producción de gas en hasta un 33% en la próxima década, lo que contradictoriamente va en contra de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Además, el actual presidente de la conferencia es Muxtar Babayev, quien previamente ocupó altos cargos en SOCAR, la empresa estatal de petróleo y gas, lo que ha llevado a críticas sobre la falta de imparcialidad en la organización del evento.

Activistas como Greta Thunberg han calificado este evento de "greenwashing", es decir, un intento de ocultar las verdaderas intenciones del país respecto a su política energética. Thunberg, en lugar de participar en la conferencia, ha optado por llevar adelante una agenda paralela en países vecinos como Georgia y Armenia, buscando concienciar sobre la crisis climática.

El miércoles pasado, Aliyev defendió los recursos naturales de su país y culpó a los "falsos medios occidentales" por la desinformación sobre Azerbaiyán. Según datos de EE.UU., cerca del 50% de la economía azerbaiyana depende del petróleo y el gas, lo que resalta aún más la contradicción que plantea la remarcada necesidad mundial de reducir el uso de combustibles fósiles.

Las negociaciones en esta COP deberían centrarse en que los países más ricos, responsables de la mayor parte de las emisiones globales, aporten recursos financieros a las naciones en desarrollo para que implementen sus planes climáticos. Sin embargo, la reciente elección de Donald Trump en EE.UU., un escéptico del cambio climático, puede complicar estas discusiones.

Este evento se desarrolla en un contexto tenso, justo un año después de la ofensiva militar de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj. Esa región, aunque internacionalmente reconocida como parte de Azerbaiyán, estaba controlada hasta poco tiempo por fuerzas armenias, lo que llevó a un éxodo masivo de armenios tras la victoria azerbaiyana. La COP29 se presenta como una posible oportunidad de paz, pero continúa habiendo serias preocupaciones sobre los derechos humanos en Azerbaiyán, donde antiguos líderes separatistas permanecen encarcelados y persisten acusaciones de limpieza étnica.

Organizaciones como Amnistía Internacional han cuestionado el compromiso de Azerbaiyán con los derechos humanos y la justicia climática, advirtiendo que se silencia a voces clave en la crisis climática. El Consejo Mundial de Iglesias ha expresado su alarmante preocupación de que se utilice esta conferencia para encubrir los crímenes cometidos en Nagorno Karabaj. Todo esto plantea serias dudas sobre si Azerbaiyán realmente está preparado para liderar el camino hacia un futuro más sostenible o si simplemente está buscando legitimidad en la arena internacional mientras continúa su dependencia de los combustibles fósiles.