Salud

Concepción Aleixandre: La ginecóloga española que revolucionó la medicina y luchó por la igualdad

2025-03-11

Autor: Emilia

Desde los tiempos de figuras como Fleming y Blackburn, la historia de la medicina está repleta de nombres que han marcado el rumbo en diferentes disciplinas. En España, la lista de estos pioneros es considerable, aunque muchos de ellos, como Concepción Aleixandre, no han tenido la notoriedad que merecen.

Concepción Aleixandre Ballester, nacida en Valencia en 1862, se destaca no solo por ser una de las primeras ginecólogas en España, sino también por su incansable defensa de la salud pública y los derechos de las mujeres. En un periodo donde la educación de las mujeres era insuficientemente valorada y frecuentemente limitada a tareas del hogar, Aleixandre rompió barreras y se abrió camino en un mundo dominado por hombres.

El interés de Concepción por el conocimiento se fomentó desde su infancia en una familia culta y acomodada. En 1883, logró posteriorizar como maestra de primaria, un logro significativo en su tiempo. Sin embargo, su verdadera vocación la llevó a la medicina, donde se enfrentó a numerosos desafíos. A pesar de las dificultades, se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia gracias a un permiso especial, convirtiéndose rápidamente en un referente académico por su excelente rendimiento.

Graduada en 1889 con 20 sobresalientes de 24 asignaturas, Concepción se trasladó a Madrid para continuar su formación y doctorarse. Comenzó su carrera médica en la Casa Provincial de Maternidad en Inclusa de Madrid, donde decidió ofrecer atención gratuita a mujeres de escasos recursos, destacando su compromiso social.

A lo largo de su carrera, Aleixandre fue pionera no solo en la práctica clínica, sino también en la investigación. En 1910, diseñó y patentó dos dispositivos ginecológicos para corregir el prolapso uterino, mejorando la calidad de vida de muchas mujeres de su época. En 1892, se convirtió en la primera mujer admitida en la Sociedad Ginecológica Española, enfrentándose a la resistencia de sus colegas masculinos que cuestionaban la presencia femenina en el ámbito médico.

Aleixandre también dedicó sus esfuerzos a la educación sanitaria, trabajando para que el conocimiento en salud fuera accesible para todas, especialmente para las clases menos favorecidas. Afirmaba que “una sociedad informada es una sociedad más sana”, y actuó en consecuencia, participando en conferencias y escribiendo sobre higiene y salud femenina.

Su compromiso no solo se limitó a la medicina, sino que se involucró activamente en el movimiento feminista, formando parte de diversas asociaciones y promoviendo el acceso de las mujeres a la educación, el derecho al trabajo y su participación en la vida política. Su impulso fue crucial para la lucha por el sufragio femenino en España, causa que defendió con fervor.

El legado de Concepción Aleixandre trasciende el ámbito médico y se enmarca en una lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres, inspirando a futuras generaciones de profesionales de la salud y activistas. Su historia es una muestra de cómo el coraje y la determinación pueden cambiar el rumbo de la sociedad.