Un devastador terremoto de magnitud 7,7 sacudió Birmania (Myanmar) el pasado viernes, resultando en una trágica cifra de más de 1.000 muertos y casi 2.400 heridos, según informes recientes de la junta militar. Este sismo, considerado el más letal del siglo en el país, también causó la muerte de al menos diez personas en Bangkok, la capital de Tailandia.

El terremoto ocurrió a las 12:50 hora local, a una profundidad de apenas 10 km, con su epicentro ubicado a 17 km de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Birmania, que alberga a 1,2 millones de habitantes, situada a 270 km al norte de Naipyidó, la capital del país.

La inusitada intensidad del temblor se sintió a más de 600 km de distancia, alcanzando áreas de Bangkok y diversas ciudades de la provincia china de Yunnan, donde, afortunadamente, los daños fueron mínimos y solo se reportaron dos heridos leves.

El seísmo fue acompañado de cuatro réplicas, siendo la más fuerte de estas de 6,4 en la escala de Richter, seguidas por tres más moderadas de 4,6, 4,6 y 4,5.

A pesar de que la junta militar reportó inicialmente 200 muertos y 730 heridos, fuentes locales en la región han indicado un número considerablemente mayor, con al menos 39 víctimas más en el estado de Shan, que limita con China.

Los equipos de socorro enfrentan enormes dificultades ya que numerosas infraestructuras y telecomunicaciones han sido severamente dañadas. Entre los relatos aterradores, se destaca el colapso de un monasterio en el que 20 niños quedaron atrapados. Además, muchas áreas afectadas aún no cuentan con electricidad, lo que complica los esfuerzos de rescate.

En Tailandia, la situación es alarmante; tres edificios en construcción se han derrumbado en Bangkok, resultando en al menos diez muertes, 16 heridos y más de 100 personas desaparecidas, lo que ha desatado una respuesta de emergencia en la región.

Ante esta tragedia, diversas organizaciones internacionales han comenzado a movilizarse para ofrecer asistencia humanitaria y buscar maneras de mitigar el sufrimiento de los afectados. A medida que las noticias sigan fluyendo, el mundo observa con preocupación cómo Birmania enfrenta este devastador desastre natural que ha marcado un capítulo oscuro en su historia contemporánea.