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Bolivia: La marcha que sacude al MAS y pone en jaque al gobierno de Luis Arce

2024-09-18

La reciente marcha emprendida por seguidores del Movimiento al Socialismo (MAS) desde Caracollo hacia La Paz se ha convertido en un verdadero barómetro de poder entre Evo Morales, el expresidente de Bolivia, y el actual mandatario, Luis Arce. La manifestación, que inicialmente lideraba Morales, continúa sin él, quien abandonó el acto para subrayar que no busca defender su candidatura para las elecciones de 2025.

La situación en Bolivia es alarmante, como lo revela Moira Zuazo, politóloga asociada en la Universidad Libre de Berlín. "La crisis económica golpea con fuerza al país, generando un descontento generalizado en torno a la escasez de combustibles y al aumento de precios de productos básicos", comenta la experta. Ella advierte del potencial de violencia que estas tensiones podrían desencadenar en las calles bolivianas.

La marcha ha dejado claro que existe una fractura dentro del MAS. "Hay un MAS de Evo Morales y un MAS de Luis Arce, lo que refleja una lucha interna por el control del partido", indica José Blanes, fundador del Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios. Ninguno de los dos bandos parece tener el respaldo del Tribunal Constitucional, lo que intensifica la incertidumbre política del país.

Este dilema se da en un contexto en el que se habla abiertamente de reivindicaciones económicas. Sin embargo, Marcelo Arequipa, también politólogo, argumenta que el fundamento de la marcha es, en gran parte, político y surge de la percepción de debilidad del Gobierno actual. A pesar de que Morales ha intentado presentar la manifestación como una respuesta a problemas económicos, la población parece tener claro que hay un objetivo más profundo detrás de este movimiento.

Uno de los puntos de tensión más interesantes es la posibilidad de la candidatura de Morales nuevamente en 2025. A pesar de que un congreso en 2023 lo eligió como candidato, existen barreras legales significantivas. Es crucial recordar el referéndum de 2016, donde la población rechazó el intento de cambiar la Constitución para permitir su reelección.

Además, la última sentencia del Tribunal Constitucional ha dejado clara la imposibilidad de una reelección continua, lo que complica aún más la situación para Morales y sus seguidores. Ambas facciones de la organización, entre tanto, están intentando captar a un electorado que parece cada vez más dividido.

En medio de esta tensión política, los "Ponchos Rojos", un grupo indígena influyente, han comenzado a bloquear caminos exigiendo la renuncia del Gobierno y nuevas elecciones. "Esto añade un nuevo nivel de tensión que podría impactar la estabilidad democrática en Bolivia", advierte Arequipa, quien cree que la democracia está amenazada no solo formalmente, sino también en la práctica.

La incertidumbre acecha cada rincón de la política boliviana. Muchos se preguntan: ¿Qué futuro le espera al MAS y a la democracia en Bolivia? La lucha interna del partido puede tener consecuencias que van más allá de su estructura, cuestionando el futuro político del país y la capacidad de sus líderes para resolver los problemas que aquejan a la nación.