La doctora Magdalena García, especialista en cirugía general, compartió su experiencia tras haber estudiado en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). Reconoció el profundo impacto que esta institución tuvo en su formación profesional, especialmente en lo relacionado con el enfoque humanista de la medicina que allí cultivó.

Proveniente de una familia humilde de origen maya, García enfatizó en una conversación con Prensa Latina que en la ELAM, "jóvenes de diversas etnias y culturas nos educamos para regresar a nuestros países y contribuir a las comunidades más necesitadas". Este enfoque integrador ha sido crucial para formar médicos sensibles a las realidades socioeconómicas de sus comunidades.

Después de completar su formación en la Elam, García prosiguió su especialización en el hospital "Calixto García" de La Habana, destacando la importancia de la solidaridad, el humanismo y la ética en la enseñanza médica cubana, factores que permiten ofrecer atención a los más desfavorecidos.

Emocionada, García recordó a Fidel Castro, a quien describió como "el gran amigo de los pobres del mundo" y "gestor de una de las experiencias de solidaridad más significativas de este tiempo". Fidel Castro fue fundamental en la creación de la ELAM, un sueño que se gestó tras el paso devastador del huracán Mitch por Belice en 1998, que dejó miles de víctimas y desolación en la región.

Desde su fundación, la ELAM ha graduado a aproximadamente 31,000 jóvenes de más de 125 países, lo que subraya su papel como faro de esperanza y formación en el ámbito de la medicina. En este aniversario, Belice no solo recuerda su legado, sino que también reafirma su compromiso con una medicina que mira más allá de la enfermedad, promoviendo el bienestar y la justicia social.

La celebración de este aniversario se convierte en un momento de reflexión sobre la importancia de la educación médica y el impacto de la solidaridad internacional en la atención médica. Lo que representa la ELAM no es solo un programa académico, sino un movimiento que busca cambiar vidas y transformar comunidades, consolidando la medicina como una herramienta de desarrollo humano.