El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha instado a un alto al fuego tras otra jornada de intensos ataques israelíes contra Hezbolá en Líbano, que forman parte de una prolongada campaña militar contra este grupo islamista respaldado por Irán. Este conflicto ha escalado en días recientes, dejando una crisis humanitaria devastadora a su paso.

Biden manifestó el sábado (28 de septiembre de 2024): "Es hora de un alto el fuego", respondiendo a un periodista que le preguntó sobre la posibilidad de una invasión terrestre de Israel en Líbano. Esta declaración llega en un momento crítico, donde la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación en la región.

A pesar de los llamados globales a cesar las hostilidades, Israel ha desestimado estas peticiones, reafirmando su decisión de seguir adelante con los ataques, que hasta ahora han causado centenares de muertes y numerosas heridas. Según el Ministerio de Salud de Líbano, el sábado, 33 personas perdieron la vida y 195 resultaron heridas en los intensos bombardeos, en lo que se ha convertido en el sexto día de ataques continuos contra los bastiones de Hezbolá.

"La agresión israelí contra las regiones libanesas causó 33 muertos hoy e hirió a 195 personas", indicó el ministerio en un comunicado. Esta escalofriante cifra sólo refleja parte del impacto humanitario que está sufriendo la población civil, con hospitales colapsados y familias despojadas de sus hogares.

En una declaración contundente desde la Casa Blanca, Biden reafirmó su apoyo a la incursión israelí que resultó en la muerte del líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, el pasado viernes en Beirut. Esta ofensiva se realizó mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, participaba en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Biden afirmó que la muerte de Nasrallah era "una medida de justicia" y reiteró el derecho de Israel a defenderse contra grupos que, a su juicio, amenazan la estabilidad regional, como lo son aquellos respaldados por Irán.

Además, Biden anunció que ha instruido al secretario de Defensa, Lloyd Austin, a movilizar más recursos militares estadounidenses en Oriente Medio, con el objetivo de disuadir futuras agresiones y evitar una guerra de mayor magnitud.

En sus esfuerzos por mediar en la crisis, Biden expresó la intención de Estados Unidos de buscar una desescalada de las tensiones en Gaza y Líbano a través de canales diplomáticos. Sin embargo, el futuro de las relaciones en la región sigue incierto, y el temor de una guerra a gran escala continúa creciendo.

Esta situación alarmante no solo afecta a Líbano e Israel, sino que también podría tener repercusiones en la estabilidad de toda la región, lo cual deja a la comunidad internacional en un estado de alerta máxima.