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¡Alerta Global! El Potente Fenómeno El Niño Podría Causar Catástrofes en el Futuro

2024-09-27

Desde mediados de 2023 hasta la mitad de 2024, el mundo ha sido testigo de un calor sin precedentes. Los veranos en ambos hemisferios han sido asfixiantes, marcados por olas de calor consecutivas que han roto todos los récords históricos de temperatura.

Detrás de este alarmante panorama climático se encuentra un fuerte fenómeno meteorológico conocido como El Niño, que ha dejado a científicos de todo el mundo temiendo por las próximas décadas.

Investigaciones recientes sugieren que el calentamiento global está intensificando los efectos de eventos extremos, como los ocasionados por El Niño. Se estima que hacia 2050, uno de cada dos fenómenos de El Niño será más extremo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando a este ritmo.

"Da miedo pensar que el año 2050 está a la vuelta de la esquina", advierte Pedro DiNezio, coautor de un estudio publicado en la revista Nature. Este trabajo de la Universidad de Colorado Boulder subraya que la frecuencia de estos fenómenos podría aumentar drásticamente.

El Niño forma parte de un complejo sistema llamado El Niño-Oscilación Sur, que se desencadena cuando las temperaturas del océano Pacífico ecuatorial superan el promedio de 1.5 grados Celsius durante periodos prolongados. Este evento tiene el potencial de alterar drásticamente el clima global, contribuyendo no solo a temperaturas extremas, sino también a inundaciones devastadoras, deslizamientos de tierra y sequías severas.

El estudio advierte que los futuros fenómenos de El Niño podrían ser más frecuentes y más destructivos, lo que plantea un escenario preocupante para la humanidad. Según los modelos climáticos, si la humanidad no actúa para mitigar las emisiones, "uno de cada dos fenómenos de El Niño podría ser extremo en 2050".

Esta afirmación es alarmante porque, como señala DiNezio, si se producen con mayor frecuencia, la sociedad podría no tener tiempo suficiente para recuperarse y adaptarse antes de que llegue el próximo evento. Las consecuencias de esta situación podrían ser devastadoras.

Históricamente, la presencia de fenómenos extremos de El Niño ha ligado a desastres graves. Un claro ejemplo ocurrió entre 1997 y 1998, cuando El Niño provocó lluvias récord en lugares como California, resultando en deslizamientos de tierra y la pérdida de vidas. Además, según datos de la NOAA, ya se han documentado al menos cuatro episodios de El Niño con consecuencias catastróficas a nivel global.

La incertidumbre sobre lo que el futuro puede deparar es enorme. "Los fenómenos de El Niño son difíciles de simular y predecir debido a sus múltiples mecanismos desencadenantes", apuntan los científicos, lo que complica la capacidad para hacer predicciones y preparar a la sociedad para posibles futuros daños.

Para llegar a sus conclusiones, el equipo de investigadores analizó fenómenos de El Niño a lo largo de los últimos 21,000 años. Con el calentamiento progresivo del planeta, estos eventos han aumentado tanto en frecuencia como en intensidad. Así, el impacto de El Niño es innegablemente correlacionado con las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.

DiNezio insiste en que es urgente que gobiernos y responsables de políticas se enfoquen en tomar medidas decisivas que ayuden a mitigar los impactos de estos futuros eventos. "Es vital reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y limitar el calentamiento a 1,5 °C para evitar consecuencias climáticas catastróficas", subraya el investigador.

Recientemente, El Niño concluyó, dejando al planeta en un estado neutral, pero se espera la llegada de otro fenómeno, La Niña, en los próximos meses. La Niña suele estabilizar el clima y puede resultar en tiempos de sequías en regiones como Chile o lluvias intensas en otras zonas.

Expertos del Centro de Predicción Climática de la NOAA estiman que existe un 71% de probabilidad de que La Niña se materialice entre septiembre y noviembre, prediciendo una manifestación débil y de corta duración. Sin embargo, sus efectos seguirán repercutiendo en distintas partes del mundo, añadiendo más incertidumbre a nuestro futuro climático.

¡El tiempo para actuar es ahora antes de que la próxima ola de fenómenos climáticos extremos nos golpee!