Recientes estudios han echado luz sobre los sombríos riesgos neurológicos a corto y largo plazo asociados a los cada vez más populares campeonatos de "bofetadas deportivas". Este fenómeno, que ha captado la atención de millones en las plataformas digitales, ha sido objeto de un exhaustivo análisis por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, cuyos hallazgos han sido publicados en la prestigiosa revista ‘JAMA Surgery’.

En este primer estudio académico que se centra en las consecuencias de estas competiciones, se identificaron preocupaciones significativas sobre las lesiones craneales que podrían sufrir los participantes. A pesar de que las peleas a bofetadas pueden parecer inofensivas o incluso entretenidas para el espectador ocasional, el autor principal, Raj Swaroop Lavadi, neurocirujano e investigador, advierte que la realidad es bastante diferente.

“Los competidores reciben golpes contundentes que pueden llevar a conmociones cerebrales, y esto es alarmante. Nuestro objetivo es ampliar la conversación sobre la seguridad en los deportes profesionales y asegurar que se implementen normativas que protejan a los atletas de posibles daños neurológicos,” explica Lavadi.

Las bofetadas deportivas, que parecen una actividad a menudo desapercibida por el público y aún considerada subterránea, están ganando terreno y recibiendo millones de vistas. Durante estos enfrentamientos, los participantes se colocan frente a frente y se turnan para golpearse con la palma de la mano. El combate continúa hasta que uno de los oponentes es incapaz de seguir o los jueces determinan un ganador.

Los expertos, ansiosos por desentrañar los peligros de esta controvertida actividad, analizaron un gran número de grabaciones de competiciones de bofetadas y encontraron que más de la mitad de las acciones mostraban signos visibles de conmoción cerebral. Resultados que son verdaderamente preocupantes: se documentó mala coordinación motora en un 40% de las secuencias, con un notable 80% de los luchadores mostrando signos de conmoción cerebral en al menos una ocasión durante los combates.

Las consecuencias no son triviales. El Dr. Nitin Agarwal, quien también está involucrado en la investigación, comenta: “Una conmoción cerebral puede presentarse de diversas formas y tener efectos duraderos sobre la calidad de vida de los deportistas. Esto podría traducirse en discapacidad y problemas socioeconómicos, que a menudo pasan desapercibidos.”

Para hacer frente a estos riesgos, el equipo de investigación está desarrollando métodos para medir el impacto físico de los golpes, imitando los dispositivos utilizados en el fútbol americano. Este conocimiento permitirá establecer pautas más seguras no solo para los competidores, sino también para los organizadores y médicos presentes en los eventos.

La creciente popularidad de las "bofetadas deportivas" exige una revisión crítica y urgente de sus normativas de seguridad. Lo que parece un simple espectáculo de entretenimiento podría tener repercusiones serias para la salud de los participantes. ¡Es momento de actuar y de tomar conciencia! ¿Estamos realmente preparados para enfrentar las duras realidades de estos deportes extremos?