(CNN) – La Estación Espacial Internacional (EEI), un hito de la cooperación internacional en el espacio, enfrenta una situación crítica. Un módulo, controlado por Rusia, presenta fugas que permiten la salida de presión y aire, lo que ha llevado a los astronautas a trabajar a contrarreloj para solucionar el problema. Mientras tanto, las discrepancias entre la NASA y la agencia espacial rusa, Roscosmos, sobre el alcance de la situación se intensifican.

Desde su lanzamiento en el año 2000, la EEI ha sido un hogar para astronautas de diversas nacionalidades, y su mantenimiento es crucial. Este problema de fugas fue identificado por primera vez en 2019 en un pasillo que conecta el módulo ruso Zvezda con puertos de acoplamiento para naves espaciales de carga. Sin embargo, este año ha alcanzado niveles preocupantes.

Un informe reciente de la Oficina del Inspector General de la NASA califica esta fuga como uno de los problemas más importantes que enfrenta la EEI, poniendo en riesgo la seguridad de la tripulación. Bob Cabana, exastronauta y presidente del comité asesor de la EEI, declaró que existe el temor de un “fallo catastrófico” en la integridad del módulo. A pesar de que Roscosmos ha tomado medidas para mitigar las fugas, su equipo sostiene que una desintegración masiva no es un riesgo real, lo que genera tensiones con las autoridades estadounidenses.

Los desacuerdos entre ambas agencias continúan, a pesar de una reciente reunión en Rusia. Los Estados Unidos han instado a la evaluación independiente por expertos de ambas partes para llegar a un entendimiento sobre la gravedad del problema. Mientras tanto, se han impuesto estrictas medidas cautelares que exigen a los astronautas sellar siempre el segmento comprometido, abriendo el acceso solo para el desembalaje de suministros.

La NASA ha adoptado un enfoque conservador en la gestión de la situación. Michael Barratt, astronauta de la NASA, mencionó durante una rueda de prensa que este no es un escenario cómodo, pero es lo más seguro hasta ahora. A medida que el tiempo pasa y la EEI envejece, es imperativo decidir cuándo y cómo retirarla de manera segura.

Sobre la identificación de las fugas, parece que este no es un problema nuevo. Los expertos han señalado que las pequeñas grietas son difíciles de detectar y que la introducción de herramientas para diagnosticar áreas restringidas puede ser un desafío. Actualmente, la fuga se estima en un rango de 2 a 2.5 libras de aire por día, lo que en términos de presión está muy por encima del nivel estándar de la EEI.

Mientras tanto, la NASA ha implementado medidas adicionales para garantizar la seguridad de los astronautas. Esto incluye la modificación de la nave Crew Dragon de SpaceX para agregar un asiento adicional que podría ser utilizado en caso de emergencia, proporcionando una alternativa para regresar a casa si la estación se considera insegura.

Los problemas en la EEI son un recordatorio de los desafíos constantes que enfrenta la exploración espacial. Con múltiples naciones involucradas y la expectativa de que la estación continúe operando al menos hasta 2030, el futuro de la EEI depende en gran medida de la capacidad de colaboración entre la NASA y Roscosmos. Mientras tanto, el desarrollo de una nueva estación espacial privada se está llevando a cabo, y la NASA planifica una transición hacia un futuro donde se involucren más actores del sector privado en la exploración espacial.