Desde hace años, Aragón había puesto la mirada en convertirse en un epicentro de la producción de baterías para coches eléctricos. Su sueño ha cobrado vida con el reciente acuerdo entre Stellantis y la empresa china CATL. Este anuncio no solo marca un hito en la industria automotriz española, sino que representa el resultado de una labor meticulosa y colaborativa que ha superado múltiples obstáculos y frustraciones.

LiADOS y Vínculos Internacionales

La consejera de Economía de Aragón, Marta Gastón, recuerda cómo, al hablar de baterías, la mirada se dirigió rápidamente hacia China, el único país con la tecnología adecuada. En 2017, se realizaron viajes a este país para fomentar las relaciones comerciales, lo que formó parte de un esfuerzo más amplio para atraer inversiones. En 2021, el entonces presidente Javier Lambán encabezó una nueva misión a China, estableciendo conexiones con importantes fabricantes de baterías.

Con el tiempo, la competencia se intensificó. Aunque inicialmente Volkswagen mostró interés en Aragón, el destino de su gigafactoría terminó en Sagunto, dejando a muchos en la comunidad aragonesa desanimados. Sin embargo, las palabras de optimismo de figuras como la exministra de Industria Reyes Maroto impulsaron a los actores locales a mantener la esperanza y prepararse para nuevas oportunidades.

Las cartas comenzaron a moverse nuevamente cuando Tata Motors consideró a Zaragoza como posible candidata para su propia gigafactoría. Pero, al végalo, el proyecto se trasladó a Reino Unido, dejando a Zaragoza con el reto de reorientar sus esfuerzos. Al mismo tiempo, en 2021, el plan de Stellantis empezó a tomar forma, con Aragón ya enviando cartas a los altos mandos de la multinacional para expresar su disponibilidad y apoyo.

Infraestructura y Potencial Energético

El terreno a favor de Zaragoza fue fuerte. La fábrica de coches en Figueruelas contaba con amplias hectáreas y un acceso a energía renovable que superaba al de otras localizaciones, como la planta en Vigo, lo que la hacía más competitiva. Los directivos de la planta se organizaron y trabajaron arduamente para convencer a Stellantis de que Zaragoza era el lugar adecuado para establecer su gigafactoría, superando también la preocupación de perder la puja con Italia por una instalación similar.

La colaboración con CATL, líder mundial en baterías con una participación de mercado del 40%, se formalizó en noviembre de 2023. Este acuerdo es crucial para la producción de baterías y el futuro del coche eléctrico en España.

Apoyo Político Crucial

Las ayudas públicas se consideraron esenciales para cristalizar el proyecto. Inicialmente, el fondo recibido fue menor al esperado, lo que generó incertidumbre. Sin embargo, bajo la nueva gestión del Ministerio de Industria y tras ajustar los detalles del proyecto, las asignaciones se incrementaron, lo que mostró el compromiso del gobierno. Al final, la asignación alcanzó casi 200 millones de euros, lo que facilitó la implementación de esta ambiciosa iniciativa.

No obstante, los aranceles impuestos por la UE a las importaciones de coches eléctricos de China representaron un nuevo desafío. Aquí, el papel del presidente Pedro Sánchez fue decisivo, al suavizar posturas y persuadir a la UE sobre la necesidad de un equilibrio en el comercio.

El cierre de esta travesía se realizó con Jorge Azcón, quien continuó el trabajo de sus predecesores, marcando una era de colaboración entre distintas instancias del gobierno y la industria. El resultado de todos estos esfuerzos es una gigafactoría que no solo cambiará la faz de la industria automovilística en Aragón, sino que también posicionará a España como un jugador clave en el mercado europeo de coches eléctricos.