Las elecciones presidenciales en Estados Unidos han traído consigo un terremoto económico a nivel global. La victoria de Donald Trump ha desatado una ola de optimismo en Wall Street, donde los índices han alcanzado cifras récord. Mientras tanto, el panorama en Europa es sombrío, especialmente para el Ibex 35, que ha sufrido una drástica caída del 2,9%.

En detalle, el S&P 500 subió un impresionante 2.5%, mientras que el Dow Jones Industrial se disparó un 3.6%, y el Nasdaq también se alzó un 3%. Acciones de empresas como Tesla, que cuenta con el apoyo de Trump, vieron incrementos vertiginosos, llegando a dispararse hasta un 15%. La eliminación de la incertidumbre electoral, junto con las promesas de Trump de recortes fiscales y menos regulaciones, han animado a los inversores estadounidenses, dispuestos a aprovechar el nuevo clima económico.

Sin embargo, la situación es alarmante en el viejo continente. Las principales bolsas europeas, incluyendo Madrid, Fráncfort, Milán y Londres, terminaron la jornada en rojo. En particular, el Ibex 35 fue el más afectado, con grandes pérdidas en el sector bancario: BBVA y Banco Sabadell cayeron un 6,62% y 6,48%, respectivamente. Esta debilidad se debe a la alta exposición del BBVA a México y la creciente dependencia del Sabadell de sus acciones. Además, Banco Santander, Unicaja y CaixaBank también han registrado caídas significativas.

La preocupación se centra en la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) deba ajustar los tipos de interés más drásticamente para contrarrestar la política proteccionista de Trump, que podría tener repercusiones negativas para la economía europea. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, enfatizó la necesidad de estar preparados para un impacto significativo en el comercio global.

Las acciones de empresas de energías renovables como Acciona e Iberdrola también sufrieron, perdiendo más de un 4% cada una, debido a la incertidumbre sobre el acceso al mercado estadounidense.

En medio de estas turbulencias, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se mostró optimista y recordó la importancia de la cooperación entre Europa y Estados Unidos, advirtiendo que millones de empleos y miles de millones en comercio dependen de esta relación.

Desde el otro lado del océano, los bancos estadounidenses se preparan para ganar con un entorno menos regulado. A pesar de las dificultades del sector financiero europeo, el dólar ha comenzado a fortalecerse frente al euro, impulsado por la expectativa de un aumento de la inflación en Estados Unidos debido a la política económica de Trump, lo que complicaría los esfuerzos de la Reserva Federal para mantener bajos los tipos de interés.

Las tasas de interés de los bonos del Tesoro estadounidense han aumentado, alcanzando niveles no vistos desde principios de julio, lo que podría encarecer la financiación para los países más endeudados. Mientras tanto, el bitcoin ha superado los 75,000 dólares por primera vez, impulsado por las promesas de Trump de favorecer las criptomonedas.

El ether también se ha revalorizado, lo que sugiere un renovado interés en el sector de las criptomonedas que podría beneficiarse de un ambiente más favorable bajo la administración de Trump.

Con el contexto económico tan incierto, todos están pendientes de cómo se desarrollará la relación entre Estados Unidos y Europa bajo el liderazgo del nuevo presidente, ya que muchos factores económicos competirán por la atención de los inversores en los próximos meses.