Los aficionados del FC Barcelona respiramos aliviados tras el desenlace del caso Heurtel. El jugador francés, recordado por su polémica salida del club, nunca volverá a vestir la camiseta azulgrana, un resultado que nos llena de satisfacción. La convulsa reacción de la afición, especialmente a través de las redes sociales, logró frenar una decisión que parecía inamovible y que hubiera provocado un gran revuelo en el Palau Blaugrana.

En un momento en que los socios y aficionados del Barça se sienten cada vez más distanciados de la toma de decisiones del club, ha sido alentador ver cómo la voz del pueblo ha tenido un impacto significativo. Ante la posibilidad de que el retorno de Heurtel se convirtiese en una especie de 'Figo del baloncesto', la valentía de la afición se hizo evidente. A pesar de los intentos de la directiva, liderada por Joan Laporta, de imponer su decisión, la respuesta contundente de los seguidores marcó la pauta sobre lo que realmente importa: la identidad y los valores del club.

La reciente clausura de la Grada d’Animació en Montjuïc es una muestra clara de los tiempos difíciles que está atravesando el Barça, donde la voz del socio empieza a silenciarse. Sin embargo, en el Palau, la afición no hubiera permitido que un grito de 'Barça sí, Laporta no' se acallara fácilmente, especialmente ante el retorno de alguien tan controvertido como Heurtel.

Más llamativa aún fue la maniobra del club al contactar a los Dracs, el principal grupo de animación del Palau, en busca de apoyo o una justificación para una contratación tan polémica. Este encuentro no solo evidenció la incertidumbre de la directiva, sino su deseo desesperado por evitar un descontento que podría haber estallado en cualquier momento de la temporada.

Los socios, representados por diez plataformas comprometidas, han dejado claro su poder al exigir la dimisión inmediata de la Junta, lo que subraya que, aunque a veces invisible, su influencia sigue vigente en el club. Este caso no solo demuestra el empoderamiento de los aficionados, sino que también sienta un precedente para que otras decisiones cuestionables sean reconsideradas en el futuro. ¡El Barça es de sus socios!