Las Palmas de Gran Canarias, 7 ene (EFE).- Esta noche, un total de 359 inmigrantes originarios de la región subsahariana y del Magreb han arriesgado sus vidas en el océano para llegar a las costas de Lanzarote y El Hierro a bordo de cuatro embarcaciones. De este número, se cuentan 53 mujeres y 24 menores, lo que resalta la dramática situación que viven muchas familias en busca de un futuro mejor.

El incidente más notable ocurrió cuando un cayuco llegó al puerto de La Restinga (El Hierro) bajo la vigilancia del rescate de la Salvamar Acrux, después de ser avistado por un pesquero a aproximadamente 37 kilómetros de la costa. A bordo de esta embarcación, había 143 personas: 74 hombres, 47 mujeres y 22 menores, entre ellos cuatro bebés.

Estos migrantes provienen de países como Malí, Senegal, Mauritania, Guinea Conakry, Gambia y Burkina Faso, y afirman que partieron hace cinco días desde Nuakchot, la capital de Mauritania, en busca de seguridad y mejores oportunidades de vida en Europa.

En un esfuerzo continuo por ayudar, la Guardamar Calíope fue activada en la madrugada para socorrer una neumática que solicitaba asistencia aproximadamente a 66 kilómetros de Lanzarote. Este buque de Salvamento Marítimo rescató a 73 personas, una de las cuales era una mujer; al regresar al puerto de Arrecife, los rescatistas encontraron otra embarcación con 68 ocupantes más, compuesta por tres hombres subsaharianos y 65 personas de origen magrebí, incluidos tres mujeres y dos menores.

A primera hora de la mañana, la Salvamar Acrux localizó otro cayuco con 75 inmigrantes, entre ellos dos mujeres. Estos migrantes también provenían de Senegal, Malí, Mauritania, Guinea Bissau y Guinea Conakry, y comunicaron que habían salido de Nuadibú, al norte de Mauritania, hace tres días.

Las autoridades han puesto en alerta a los equipos de rescate debido a la posibilidad de que haya más embarcaciones en peligro cerca de las costas de El Hierro. Esta situación pone de manifiesto la alarmante tendencia de arriesgar vidas en el mar por la búsqueda de bienestar, un problema que sigue aumentando en la ruta migratoria del Atlántico.