La historia de Marta y He-Man

Marta y su expareja habían acordado turnarse la custodia de su perro, He-Man, cada 15 días. La comunicación se realizaba a través de WhatsApp y correos electrónicos, donde programaban el momento y el lugar del intercambio del animal. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando su expareja dejó de responder a los mensajes. "Llegó un punto en el que no pude más, necesitaba verlo y decidí consultar a un abogado", comentó Marta.

El proceso legal

La decisión de Marta llevó a la activación de un proceso legal. "Primero intentamos mediar de forma amistosa, pero no tuvimos éxito, así que finalmente terminamos en los tribunales", explicó en una reciente entrevista a 'Y Ahora Sonsoles'.

La importancia de la negociación

Es crucial destacar la relevancia de la primera negociación, según Marta. "Cuando no fue posible llegar a un acuerdo, se interpuso la demanda en el Juzgado de Primera Instancia. Primero tuvimos una vista para posibles medidas cautelares, seguida del procedimiento judicial normal".

Percepción de las mascotas como miembros de la familia

La periodista Sonsoles Ónega subrayó la importancia de este caso, resaltando que "las mascotas son como hijos, son miembros de la familia". En este sentido, la tutora de He-Man añadió que los animales son considerados "seres sintientes y miembros familiares", lo que ha llevado a que situaciones como esta sean cada vez más comunes, con acuerdos de custodia compartida en relación a perros, gatos y otras mascotas.

Reflexiones sobre el caso

En una reflexión personal, Marta especuló sobre los motivos de su expareja para "secuestrar" al perro. "Podría haber sido simplemente por comodidad, quizás no quería coincidir conmigo en cada intercambio de He-Man". Sonsoles también se identificó con la situación de Marta y afirmó que ella, en un escenario similar, podría renunciar a estar con sus tres perros para evitar el encuentro con su expareja.

Cambio en la percepción legal de las mascotas

Además, este caso subraya un cambio gradual en la percepción legal de las mascotas, cada vez más reconocidas como parte integral de la vida familiar. La justicia está comenzando a contemplar la posibilidad de custodia compartida para mascotas, reflejando un creciente reconocimiento de los vínculos emocionales que las personas desarrollan con sus animales. Esto podría abrir una puerta a más situaciones legales similares en el futuro.