Ciencia

¿Un gladiador con sangre ‘vikinga’? El ADN revela los movimientos migratorios en la Europa del primer milenio

2025-01-01

Autor: José

En las afueras de York, Inglaterra, se ha hallado un significativo cementerio romano que revela la existencia de más de 80 hombres jóvenes, muchos de ellos con heridas provocadas por grandes animales y aproximadamente la mitad sin cabeza. Esto ha llevado a los investigadores a especular que se trataba de gladiadores provenientes de distintas regiones del imperio, algo que ha sido confirmado por estudios genéticos recientes.

Nuevas investigaciones publicadas en la prestigiosa revista Nature han descubierto que uno de estos hombres, que vivió entre los siglos II y IV d.C., tenía ascendencia escandinava. Este hallazgo es impresionante, ya que indica que individuos nórdicos llegaban a las islas británicas mucho antes de la ola de migraciones anglosajonas y vikingas del siglo V d.C.

Liderados por Leo Speidel y Pontus Skoglund del Francis Crick Institute, este nuevo estudio utiliza una innovadora herramienta llamada Twigstats. Este método permite desentrañar los movimientos poblacionales de épocas pasadas a través del análisis de mutaciones genéticas más recientes, evidenciando conexiones entre comunidades que coexistieron en el tiempo.

La primera migración al sur

Los investigadores analizaron 1.556 genomas de personas que vivieron en Europa entre 500 a.C. y 1000 d.C., un periodo que abarca la Edad de Hierro y la caída del Imperio Romano. Los resultados muestran que grupos germánicos migraron desde el norte de Alemania y Escandinavia hacia el sur, lo que explica la presencia de este gladiador nórdico en York en tan temprana fecha.

Esta ascendencia escandinava se ha encontrado en individuos de diversas regiones, como el sur de Alemania, Italia, Polonia, Eslovaquia y el sur de Gran Bretaña. Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el de una persona en el sur de Europa con un 100% de ascendencia escandinava. Esto indica que muchos de estos grupos se mezclaron con las poblaciones locales, y las áreas principales de migración coinciden con las ramas de las lenguas germánicas.

Un fenómeno de idas y venidas

La investigación también revela que estos movimientos migratorios no fueron unidireccionales. Se encontró evidencia de que los pueblos de habla germánica se trasladaron a Escandinavia antes de la época vikinga, lo que indica un patrón de migraciones continuas a lo largo de la Historia.

El análisis de los restos en la isla de Öland, Suecia, sugiere que estas poblaciones no solo hicieron migraciones puntuales, sino que se establecieron durante generaciones, mostrando un cambio duradero en la demografía de la región.

La gran expansión vikinga

Los resultados del ADN también respaldan coetáneamente la narrativa histórica de la expansión de los escandinavos durante la Época Vikinga, un periodo de gran actividad (800-1050 d.C.) donde estos pueblos no solo realizaron incursiones, sino que también se asentaron en diferentes partes de Europa. Se ha encontrado que muchos individuos de este periodo, hallados en lugares tan distantes como Ucrania y Rusia, tienen antepasados que se pueden rastrear a Suecia, mientras que aquellos en Gran Bretaña presentan vínculos genéticos con Dinamarca.

Asimismo, en varias fosas comunes de la época vikinga en Gran Bretaña, se encontraron restos de hombres que mostraron vínculos con Escandinavia, lo que apunta a que muchos de ellos podrían haber sido guerreros de grupos de incursión vikinga.

Un avance en el entendimiento de las migraciones europeas

La utilización de Twigstats ha abierto nuevas oportunidades para entender las conexiones poblacionales. Este avance permite que los investigadores formulen preguntas que antes parecían inalcanzables, enriqueciendo así el conocimiento sobre la historia genética de Europa.

"Twigstats nos ofrece una 'lupa' genética que revela patrones de migración que antes no podíamos observar", señala Skoglund.

Además, esta investigación ha dejado claro que las dinámicas migratorias han redefinido lugares y culturas en Europa, ofreciéndonos una nueva perspectiva sobre cómo las poblaciones han interactuado y evolucionado a lo largo de los siglos.

En conclusión, este estudio no solo ilumina la historia de un gladiador nórdico en York, sino que también nos ofrece una comprensión más rica y matizada de los movimientos migratorios que han forjado el continente europeo tal como lo conocemos hoy.