La situación en Valencia tras el devastador episodio de DANA continúa generando reacciones intensas tanto en las calles como en el ámbito político. El ministro de Transportes, Óscar Puente, informó recientemente que la recuperación de la infraestructura de comunicación local tomará "bastante tiempo", a pesar de los esfuerzos del Gobierno central. Este miércoles se abrirá un bypass en la A-7, pero muchas carreteras comarcales han sufrido daños severos, con algunos viaductos completamente destruidos.

Puente resaltó la necesidad de agilizar los trámites administrativos para comenzar con las reparaciones necesarias. La línea de tren de alta velocidad entre Madrid y Valencia se espera que esté operativa la próxima semana, aunque el ministro reconoció que algunas líneas de cercanías, como la C-3, están en condiciones críticas y requerirán más tiempo para su recuperación.

Mientras tanto, el portavoz del partido Sumar, Ernest Urtasun, exigió la dimisión del president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. En una manifestación llevada a cabo recientemente, más de 130.000 personas expresaron su descontento con la gestión del Gobierno regional. "Si el señor Mazón no escucha a la calle, debe ser Feijóo quien se lo exija", declaró Urtasun.

La búsqueda de víctimas continúa en diversas áreas, incluyendo barrancos y el lago de la Albufera. En estas labores, están participando más de 3.100 bomberos y 8.500 efectivos del Ejército. Hasta ahora, se han contabilizado 214 víctimas, aunque 19 cuerpos aún no han sido identificados. Además, se han reportado 41 denuncias por desapariciones.

Los incidentes en la manifestación del sábado derivaron en enfrentamientos con la policía, lo que exacerbó la tensión en la plaza de la Virgen. Grupos de jóvenes lanzaron objetos a las fuerzas del orden, lo que llevó a la intervención de antidisturbios para dispersar a los manifestantes. El Ayuntamiento de Valencia condenó los actos de vandalismo durante la protesta, que incluyeron un intento de incendiar la puerta principal del Consistorio.

Las críticas hacia el presidente Mazón y el Gobierno de Pedro Sánchez han sido unánimes en el contexto de este desastre natural, y muchos ciudadanos no escatiman en exigir responsabilidades. Un manifiesto emitido por los convocantes de la marcha sostiene que hubo un retraso significativo en la llegada de ayuda emergente a los afectados, responsabilizando tanto a la Generalitat como al Gobierno central por la falta de coordinación.

Las manifestaciones no se han limitado a Valencia; también han tenido eco en ciudades como Madrid, donde cientos de ciudadanos se han unido para exigir la dimisión de Mazón. La frustración ciudadana se hace evidente al señalar que muchas de las víctimas sienten haber sido abandonadas por sus autoridades. Las palabras de los manifestantes reflejan un sentimiento de traición y deseo de que se tomen medidas efectivas para enfrentar situaciones similares en el futuro.

En los próximos días, se anticipa que las concentraciones continúen, ya que la indignación por la gestión del desastre permanece vigente en la opinión pública. La situación actual deja en claro que la recuperación no solo será un esfuerzo físico de reconstrucción, sino también una lucha política por la justicia y la rendición de cuentas.