En el Congreso de los Diputados, la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, sorprendió al no mencionar el debate migratorio que ocupó el pleno, centrándose en cambio en criticar al Gobierno y a los partidos nacionales por lo que denomina el "expolio" a Cataluña. Esto ocurre en un momento en que la inmigración es un tema candente, especialmente tras la crisis migratoria acentuada en Canarias.

Por otro lado, la agrupación Sumar, en voz de Íñigo Errejón, ha insistido en la necesidad de que el Ministerio de Vivienda se enfoque en estabilizar la política de alquileres y evitar la especulación, señalando la importancia de garantizar el acceso a la vivienda, un derecho crucial que afecta a miles de ciudadanos. "Debería estar claro que la principal diferencia no es con la derecha, sino entre los socios del Gobierno", comentó Errejón.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la inmigración como un punto esencial para el crecimiento del país y anunció que en un mes se presentará un Plan Nacional de Integración y Convivencia Intercultural, destinado a simplificar los trámites burocráticos y facilitar el arraigo de los inmigrantes en España. Esta propuesta fue parte de sus esfuerzos por manejar la narrativa en torno a la inmigración, un tema que sigue polarizando a la sociedad.

El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no se quedó atrás y arremetió contra Sánchez, acusándolo de "indignidad" en su manejo de la ley que afecta a presos, incluyendo a terroristas. En este contexto, ambos bandos políticos están tratando de reclamar para sí el protagonismo sobre un tema que cada vez parece más complicado.

Además, ERC ha decidido volver a presentar en el Congreso una ley que regula los alquileres de temporada, presionando a Junts a definirse nuevamente sobre el asunto. La falta de consenso y la constante pugna política reflejan un panorama incierto y lleno de tensiones en el que el bienestar de los ciudadanos y la mejora de políticas sociales parecen verse eclipsados por las luchas de poder.

Sumando a esta mezcla, la diputada de Podemos, Ione Belarra, se encontró en el centro de la controversia al calificar al rey emérito de "corrupto", lo que generó una rápida división de opiniones entre los partidos. En este entorno, se espera que las siguientes decisiones políticas en España sean esenciales no solamente para el futuro del país sino también para la manera en que se gestionarán las críticas hacia el Gobierno y la oposición.