Ucrania interrumpe el suministro de gas ruso a la UE: ¡Un cambio histórico de proporciones épicas!
2025-01-01
Autor: María
El 1 de enero de 2025 marcó un hito importante en las relaciones energéticas entre Ucrania y la Unión Europea, ya que el gas ruso dejó de fluir a través de Ucrania hacia la UE por primera vez desde el inicio de la invasión de Vladímir Putin en 2022. El gobierno del presidente Volodímir Zelenski decidió no renovar el contrato con Gazprom, la empresa estatal rusa de gas, que había estado en vigor desde 2019.
Durante más de dos años, a pesar de las intensas hostilidades del conflicto, Ucrania permitió la continuación del suministro de gas ruso mediante su territorio, lo que resultó ser una paradoja en medio de la guerra. Sin embargo, a partir del 1 de enero, Gazprom confirmó que los flujos se habían reducido a cero, con implicaciones significativas para el mercado energético europeo.
Aunque la comisaria de Energía de la UE, Kadri Simson, afirmó en octubre que la UE podría sobrevivir sin gas ruso, el cierre del gasoducto conocido como 'Ukraine Transit', que tenía una capacidad de 150 millardos de metros cúbicos al año, no pasó desapercibido. De hecho, este ducto había enviado aproximadamente 15 bcm desde mayo de 2022, mucho menos que en años anteriores pero aún relevante para el consumo energético europeo.
El impacto de esta interrupción se siente en varios países que dependían del gas ruso. Austria, que durante un mes no ha recibido gas, y Hungría y Eslovaquia, que tienen gobiernos pro-rusos, enfrentan situaciones críticas a medida que los precios del gas aumentan debido a la inestabilidad del suministro. Sin embargo, los líderes de estos países han expresado su preocupación y han mostrado la voluntad de buscar alternativas para su energía.
A pesar del cese del transporte terrestre, las importaciones de gas natural licuado (GNL) de Rusia a la UE han alcanzado niveles récord, lo que representa una contradicción notable. En 2024, el volumen de GNL importado de Rusia ha superado las cifras de 2023, compensando parcialmente la disminución del gas transportado por tuberías. Esto, lamentablemente, significa que Rusia continúa generando ingresos a través de sus exportaciones energéticas, mientras que, desde el inicio del conflicto, ha recaudado más de 813,000 millones de euros en exportaciones de combustibles fósiles, un 60% de los cuales ha ido destinado a la UE.
Para Ucrania, el cierre del suministro significa una pérdida potencial de ingresos. Se estima que el flujo de gas a través de su territorio representaba alrededor del 0.5% de su PIB. La Comisión Nacional Reguladora de Energía de Ucrania (NCRECP) ha advertido que los costos de transporte de gas se cuadruplicarán, afectando aún más a la economía ucraniana que ya enfrenta grandes desafíos debido a la guerra.
Adicionalmente, la tarifa de electricidad está aumentando casi al doble desde junio de 2024, lo que representa un problema más para los ucranianos que ya lidian con el impacto económico de la guerra. Según el Banco Mundial, alrededor de 1.8 millones de personas en Ucrania viven en condiciones de pobreza, con un quinto de la población perdiendo sus empleos.
La situación es crítica, y la comunidad internacional observa con preocupación cómo las decisiones geopolíticas están dando forma a un futuro incierto para Ucrania y la Europa energética. Las tensiones existentes, sumadas a un invierno severo y a la inestabilidad económica, hacen que la interrupción del gas ruso no solo sea un evento energético, sino un reflejo de un conflicto mucho más amplio que tiene implicaciones para la paz y la estabilidad en toda la región. ¡El futuro de Europa podría depender de esto!