Donald Trump ha lanzado un ataque frontal contra cualquier esfuerzo que amenace la industria del petróleo estadounidense. Al ser investido como el 47° presidente de los Estados Unidos, Trump prometió enérgicamente: "Vamos a perforar, baby. Vamos a perforar!" Esta declaración se enmarca en una serie de órdenes ejecutivas que apuntan a desmantelar las políticas medioambientales promovidas por su predecesor, con la intención de revivir la industria del petróleo al tiempo que debilita el mercado de los vehículos eléctricos, un sector dominado por Tesla, la célebre compañía de Elon Musk.

Una guerra fría entre titanes

La administración Trump está implementando políticas que chocan directamente con los intereses de Musk, quien fue una aliada destacada durante la campaña presidencial. Mientras Trump promueve un plan titulado "Liberar la energía estadounidense", que pretende revivir la búsqueda y uso del petróleo, la administración de Biden había priorizado el fomento de los vehículos eléctricos, logrando la sorprendente venta de 1,3 millones de autos eléctricos en 2024, lo que representa un aumento del 7% con respecto al año anterior. Tesla, como líder en este sector, vendió casi la mitad de estos vehículos.

La caída del gigante eléctrico

Sin embargo, con la nueva dirección política de Trump, se espera que las ventas de Tesla se vean afectadas de manera significativa. Su enfoque en promover vehículos de combustión es un golpe que podría hacer tambalear el monopolio que Tesla ha mantenido en el mercado, ya que las políticas que plantea Trump buscan convertir nuevamente al petróleo en la principal fuente energética en Norteamérica.

Una alianza en peligro

Es interesante notar que, aunque Trump mostró inicialmente simpatía por Musk y sus iniciativas, como la búsqueda de la promoción de viajes espaciales privados a través de SpaceX, su postura hacia Tesla ha cambiado drásticamente. A medida que Trump empuja a EE. UU. de vuelta hacia una economía dependiente del petróleo, el futuro de Tesla y su impacto en la lucha contra el cambio climático parecen estar en riesgo.

¿Qué pasará con el futuro de los vehículos eléctricos?

La competencia entre el petróleo y la energía eléctrica está lejos de haber terminado. Las decisiones que tome la administración Trump no solo afectarán a Tesla, sino que podrían sentar un precedente peligroso para el futuro del desarrollo sostenible en EE. UU. y en todo el mundo. A medida que la lucha entre Trump y Musk se intensifica, la pregunta fundamental persiste: ¿es realmente viable un futuro sin energía eléctrica? La respuesta a esta pregunta podría determinar no solo el destino de dos titanes en la industria, sino también el futuro energético del planeta.