Donald Trump, al ser instado por algunos de sus aliados a disculparse por los comentarios racistas realizados durante su mitin el fin de semana pasado, sorprendentemente decidió no hacerlo. En vez de eso, se refirió al evento como un "honor" y lo calificó como un "festival de amor", repitiendo el mismo término que usó para referirse al asalto al Capitolio el 6 de enero. El ex presidente se reunió con seguidores y reporteros en su lujosa finca de Mar-a-Lago dos días después de un tumultuoso mitin celebrado en el Madison Square Garden, donde varios oradores, incluido el comediante Tony Hinchcliffe, realizaron comentarios despectivos. Hinchcliffe, por ejemplo, hizo una broma que calificó a Puerto Rico como una "isla flotante de basura", lo que generó repulsión entre algunos aliados republicanos de Trump, quienes criticaron la broma a pesar de no condenar otros comentarios del evento.

No obstante la presión para disculparse, Trump se mantuvo firme en su opinión. En Mar-a-Lago y durante una entrevista con ABC, afirmó: "Nunca ha habido un evento tan hermoso como el mitin del domingo por la noche en Nueva York. El amor en esa sala fue impresionante, un auténtico festival de amor. Fue un honor para mí estar involucrado en ello".

A medida que se acerca el día de las elecciones, varios aliados manifestaron preocupación de que este evento, que debería haber resaltado la imagen del candidato presidencial republicano de forma positiva, en cambio podría distraer e incluso perjudicar su campaña, especialmente en estados clave donde residen muchos puertorriqueños, como Pennsylvania.

Más tarde el martes, Trump tenía programado un nuevo mitin en Allentown, Pennsylvania, una localidad con una considerable población hispana. En este evento, sería acompañado por la senadora sombra de Puerto Rico, Zoraida Buxo, quien expresó en la plataforma X su apoyo incondicional a Trump, a pesar de que su estatus como representante de Puerto Rico en el Senado no le otorga derecho a voto.

Sin embargo, muchos líderes puertorriqueños han expresado indignación por los comentarios de los oradores del mitin. El arzobispo de Puerto Rico llamó a Trump a rechazar estos comentario, subrayando que una simple distancia no es suficiente. El presidente del Partido Republicano de Puerto Rico calificó la actuación de Hinchcliffe como un "intento de comedia pobre" y "totalmente reprobable".

En Pennsylvania, el número de votantes latinos ha crecido significativamente desde el año 2000, con más de la mitad siendo puertorriqueños. Angelo Ortega, un residente y exrepublicano que planea votar por Kamala Harris, reveló su incredulidad ante la situación y mencionó cómo el mitin de Trump afectó a muchos votantes hispanos de su comunidad.

Mientras algunos republicanos boricuas optaron por ignorar las declaraciones ofensivas, otros como Lydia Maldonado, quien asistió recientemente a un evento de Trump en Florida, insistieron en que el ex presidente no es responsable de las palabras de los comediantes. "Se llama perdonar y olvidar", afirmó.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la campaña de Kamala Harris ha comenzado a difundir anuncios en línea destinados a votantes puertorriqueños, destacando los desafortunados comentarios realizados en el mitin de Trump, lo que augura un clima electoral tenso e inesperado.