El Partido Popular Europeo (PPE) ha protagonizado un giro inesperado en su estrategia política al aprobar recientemente una resolución sobre la crisis electoral en Venezuela tras meses de tensiones políticas. El importante respaldo de los liberales de Renew y la casi totalidad de los socialdemócratas han marcado un cambio de rumbo en la Eurocámara, donde los conservadores europeos parecen estar substituyendo su tradicional alianza con fuerzas proeuropeas por una colaboración más cercana con partidos de extrema derecha como Vox.

La resolución conjunta, titulada "Sobre la situación en Venezuela tras la usurpación de la presidencia el 10 de enero de 2025", fue aprobada en el pleno de Estrasburgo con una contundente mayoría de 374 votos a favor. Este respaldo masivo incluyó la participación de los eurodiputados del PPE, los liberales de Renew, y casi todos los socialdemócratas presentes, particularmente los del PSOE. Sin embargo, 53 parlamentarios votaron en contra y 163 se abstuvieron, reflejando las tensiones dentro del hemiciclo, especialmente entre los Verdes y los partidos más radicales de la derecha.

La resolución condena enérgicamente la "usurpación de la presidencia" por parte de Nicolás Maduro y llama a adoptar acciones concretas, como la revocación de la orden de detención injustificada contra el líder opositor David González y la divulgación de los resultados electorales. Es importante destacar que, a pesar del reconocimiento de González como presidente legítimo en reiteradas ocasiones por el PPE, hasta el momento ningún país de la UE ha hecho tal declaración oficialmente, lo que muestra la complejidad de la situación política en Venezuela.

A pesar de las diferencias ideológicas dentro del Parlamento Europeo, algunos miembros han elogiado el intento del PPE de encontrar puntos en común y trabajar hacia un consenso más amplio. La eurodiputada socialista Leire Pajín afirmó que "la situación en Venezuela requiere un enfoque constructivo", subrayando la necesidad de una respuesta unificada ante la crisis humanitaria que enfrenta el país sudamericano.

Además, la resolución apoya las investigaciones del Tribunal Penal Internacional sobre los crímenes perpetrados por el régimen de Maduro, reforzando la posición del Parlamento Europeo como un defensor de los derechos humanos en la región.

El reciente cambio en la posición del PPE puede ser visto como un intento de recuperar terreno perdido entre las fuerzas proeuropeas mientras enfrenta el creciente poder de los partidos de extrema derecha. Una situación que muchos analistas consideran crucial en el contexto de las próximas elecciones europeas y el futuro político del continente. La pregunta que queda en el aire es si este nuevo enfoque logrará movilizar una respuesta internacional más efectiva ante la crisis en Venezuela, o si será simplemente un intento de los conservadores europeos de mantener su relevancia en un panorama político cambiante.