Tres años sin Carlos Marín: una memoria que duele y una herencia complicada
2024-12-19
Autor: Ana
El 19 de diciembre de 2021, el mundo de la música quedó marcado por la inesperada pérdida de Carlos Marín, el aclamado cantante del grupo Il Divo, quien falleció en un hospital de Manchester debido a complicaciones derivadas del COVID-19. Desde entonces, la familia de Carlos ha estado lidiando no solo con el dolor de su ausencia, sino también con una herencia que se ha vuelto un verdadero quebradero de cabeza.
La última conversación que tuvo Carlos con su madre es un recordatorio desgarrador de lo rápido que puede cambiar todo. En ese mensaje de WhatsApp, su madre le pedía que se mantuviera tranquilo mientras él lidiaba con su enfermedad. Después de su fallecimiento, la relación entre su familia y sus compañeros de Il Divo se deterioró gravemente. Recientemente, la madre y hermana de Carlos compartieron en el programa 'Y Ahora, Sonsoles' que ni siquiera recibieron el pésame de los otros miembros del grupo. Según su hermana, ofrecieron a los integrantes de Il Divo la opción de asistir al tanatorio para despedirse sin ser acosados por la prensa, pero ellos se negaron, lo que dejó un profundo resentimiento.
La hermana de Carlos, Rosa, criticó la decisión de Il Divo de reanudar sus ensayos con un reemplazo solo tres días después de su ingreso hospitalario, describiendo esos hechos como "intolerables". A su vez, los excompañeros defendieron su posición diciendo que había que cumplir los compromisos ya pactados, y que esperaban que Carlos se recuperara. Sin embargo, Rosa sostiene que Carlos nunca supo de la decisión de continuar sin él.
La herencia de Carlos fue otro capítulo doloroso para su familia. Su exmujer, Geraldine Larrosa, heredó un piso en Madrid, valorado en 700.000 euros, pero con una hipoteca de 300.000 euros que ella quería transferir a la madre de Carlos, quien se negó a pagarla. Finalmente, la disputa llegó a los tribunales, pero se resolvió con un acuerdo extrajudicial: Geraldine mantendrá el piso a cambio de renunciar a acciones legales y asumir los gastos hipotecarios.
Rosa narra que, a pesar de las controversias, su madre deseaba cumplir con los últimos deseos de Carlos. Sin embargo, también señala que hay detalles obscuros sobre Geraldine, revelando que ella envió mensajes de audio en un grupo de WhatsApp donde hablaba de la herencia de Carlos sin mostrar ninguna tristeza. Esto se volvió aún más doloroso para la familia cuando se enteraron de que Carlos había estado presente en el grupo de mensajes hasta el final.
La familia ha estado lidiando con las deudas que dejó la pandemia, recurriendo a ahorros y préstamos. La madre de Carlos llegó a hipotecar su casa, y aunque lograron recuperarla con el seguro de vida de Carlos, las cosas no han mejorado, ya que Rosa se ha visto obligada a vender la suya y ha enfrentado dificultades para cerrar la empresa de su hermano debido a las exigencias de firma de Geraldine.
A tres años de la muerte de Carlos, la familia enfrenta nuevamente los líos legales. El jueves pasado tenían programada una reunión con el notario, pero Geraldine no se presentó, lo que ha llevado a Rosa a lamentar que tendrán que buscar nuevamente asesoría legal, describiendo la situación como "una tortura". La distancia entre los deseos de Carlos y las acciones de quienes lo rodeaban sigue siendo un tema que se hiere y complica aún más las memorias de su legado.