Un incendio trágico ha acabado con la vida de cuatro miembros de una familia en Guillena, un municipio de la provincia de Sevilla. La vivienda, un adosado situado en la calle Fernando Martín 18, se vio envuelta en llamas y a las 11:44 horas, se dio aviso para el levantamiento de los cuerpos, que fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense para realizar las autopsias necesarias.

Los hechos tuvieron lugar aproximadamente al mediodía, cuando varias dotaciones de bomberos se presentaron en el lugar para extinguir el fuego, que seguía emanando humo del interior del hogar. Los bomberos trabajaron intensamente, utilizando mangueras para arrojar agua a través de las ventanas y controlar la situación, mientras que los vecinos alertaron a los servicios de emergencia, incluyendo el Centro de Salud Emergencias 061, los bomberos, la Guardia Civil y la Policía Local. Según el Centro de Coordinación de Emergencias (Cecem) 112, se recibieron decenas de llamadas informando sobre las llamas y la posibilidad de personas atrapadas dentro de la vivienda.

Testigos del suceso describieron la escena como aterradora, con una columna de humo «tan impresionante» que los dejó en estado de shock, dificultando su reacción. Los bomberos de los parques de Santiponce y El Ronquillo llegaron al lugar con celeridad, pero lamentablemente confirmaron el fallecimiento de cuatro personas en el interior de la vivienda.

La Guardia Civil ha comenzado una investigación para intentar determinar el origen del fuego y las causas que llevaron a esta devastadora tragedia que ha dejado a la comunidad de Guillena en estado de conmoción.

Era una familia muy querida en el pueblo, y su pérdida ha sido un duro golpe para todos. Algunos familiares, incluyendo el tío y el primo de los dos menores fallecidos, se han acercado hasta el lugar para ofrecer su apoyo. Desde que se conoció la noticia, numerosos vecinos fueron vistos congregándose a las puertas de la vivienda para expresar su solidaridad. La consternación inundó las calles, con muchos allegados lidiando con el profundo dolor que causó esta pérdida. Una vecina, visiblemente afectada, comentó: «Toda la vida trabajando, para ahora esto».

La comunidad recuerda a la familia como personas entrañables y muy conocidas en el barrio. El padre de la familia, que llevaba una frutería donde también ayudaba la madre, solía levantarse a las dos de la madrugada para iniciar su jornada laboral. La madre, conocida como Toñi, fue catequista durante muchos años en una de las parroquias de la localidad, lo que refleja el compromiso y la entrega de esta familia a su comunidad.

La tragedia ha suscitado un debate sobre la seguridad en los hogares y la necesidad de contar con medidas adecuadas para prevenir incendios, así como la importancia de una comunidad unida en momentos de crisis. Este triste suceso es un recordatorio de la fragilidad de la vida y el impacto que las tragedias pueden tener en una comunidad unida.