En un trágico giro de los acontecimientos, John Savage, un joven de 22 años, vivió el horror de perder a sus abuelos en un devastador incidente causado por el huracán Helene. Mientras el huracán azotaba su propiedad en Beech Island, escucha ruidos poco comunes que le impulsaron a verificar el estado de su familia. Inicialmente, todo parecía estar bien, pero un estruendo aterrador rompió la tranquilidad: un enorme árbol se desplomó sobre la casa, causando la muerte instantánea de sus abuelos, Marcia, de 74 años, y Jerry, de 78.

«Sólo se podía ver trozos de tejado y el árbol», expresó John, con una mezcla de angustia y pánico tras ser testigo de esta devastadora escena. Los familiares de las víctimas creen que su fallecimiento conjunto fue parte de un "plan de Dios", ya que así no tendrían que afrontar el sufrimiento de perderse el uno al otro.

Jerry Savage, conocido por su ingenio como electricista y carpintero, se había ganado la reputación de ser un 'manitas' en su vecindario. Marcia, por su parte, fue durante años cajera de banco y era admirada por su dedicación a la comunidad. La pareja, que se conoció hace seis décadas durante su juventud, compartió una vida de amor y trabajo duro.

Katherine, una de las nietas de la pareja, de 27 años, los recuerda como una pareja ejemplar: «Era un duro trabajador y ella una mujer muy devota en su parroquia. Además, tenía una voz hermosa y era una excelente cocinera», relata con nostalgia. Aún le resulta difícil encontrar las palabras adecuadas para comunicar la tristeza a sus propios hijos, los bisnietos de Jerry y Marcia.

Esta tragedia pone de manifiesto la devastación que puede causar un fenómeno natural y la fragilidad de la vida. Los habitantes de Beech Island y las comunidades cercanas están en estado de shock y ofrecen su apoyo a la familia Savage en este momento difícil. La pérdida de Jerry y Marcia nos recuerda lo valioso que es cada momento compartido con nuestros seres queridos.