Toyota ha enfrentado un duro revés con su motor de hidrógeno, pero no se rinde y ha decidido reinventarse. La compañía japonesa ha presentado un prototipo futurista que parecía imposible de realizar, y con este avance, busca dar un paso decisivo hacia un futuro más sostenible. En un mundo que se aleja de los combustibles fósiles a pasos agigantados, muchas empresas del sector transporte están mirando hacia el hidrógeno como una alternativa viable. La creciente preocupación por el medio ambiente y la salud humana, impulsada por la alta huella de carbono de los combustibles fósiles, ha acelerado la transición energética y la necesidad de descarbonización.

Expertos como Vaclav Smil, un reconocido científico de la Universidad de Manitoba, advierten que reemplazar los combustibles fósiles será un proceso que tomará generaciones. Pero, ¿y si el hidrógeno pudiera acelerar esa transición? Toyota ha apostado claramente por el hidrógeno y está comprometida a hacer que funcione.

En un giro emocionante, Toyota ha optado por el hidrógeno en su nuevo modelo Crown, el primer vehículo de la compañía en contar con una versión de pila de combustible tras el fracaso del Mirai. Este modelo fue revelado el 13 de noviembre de 2023 en Japón y marca un hito para la marca, simbolizando su renovada confianza en la tecnología de hidrógeno.

No es la primera vez que Toyota intenta llevar el hidrógeno a la carretera. En 2015, la compañía lanzó la primera generación del Mirai, un coche de pila de combustible que no logró despegar debido a la falta de infraestructura de hidrógeno, a pesar de las expectativas y la innovación detrás de ello. Aunque se matricularon algunas unidades en España, no fueron cifras contundentes.

La llegada de la segunda generación del Mirai en 2020 fue un intento de redimir la situación, ofreciendo mejoras significativas. Sin embargo, la marca admitió en el Salón de Movilidad de Japón 2023 que el Mirai “no ha sido un éxito”. Por ello, Toyota ha decidido desvincular su próximo modelo de las desventajas del Mirai, eligiendo en cambio el popular Crown como plataforma para su nueva tecnología.

Esta estrategia recuerda a la que implementó Volkswagen con su modelo e-Golf, lo cual mostró que la integración de tecnología avanzada en modelos ya establecidos puede ser una jugada sabia. Sin embargo, Toyota tiene sus propios desafíos a enfrentar, ya que la infraestructura de hidrogeneras sigue siendo limitada, impidiendo un uso masivo del hidrógeno como combustible.

A pesar de esto, Toyota no se rinde y sigue adelante con su tercera generación de pilas de combustible. Aunque será 6,000 euros más caro que la versión híbrida, su objetivo es mantener vivo el proyecto del hidrógeno. La transición hacia un futuro saludable y sostenible es clara, pero la falta de infraestructura sigue siendo su mayor obstáculo. ¿Logrará Toyota transformar el mercado con su nueva apuesta por el hidrógeno? El tiempo lo dirá, pero una cosa es cierta: el futuro de la automoción está en juego y Toyota está decidida a ser parte de él.