En una competencia deslumbrante, solo un reloj, una lámina de papel y un ábaco que hizo a un lado, marcaron el inicio de la hazaña de Tobías Kuttenkeuler, oficialmente catalogado como uno de los chicos más rápidos del planeta en operaciones matemáticas. Este joven talento se alzó con un impresionante tercer lugar en el campeonato mundial de cálculo mental celebrado en Nueva Delhi.

Apenas tiene nueve años y ya realiza sumas y restas en su mente a velocidades asombrosas, registrando un total de 159 operaciones solucionadas en tan solo ocho minutos. 'Durante el torneo hice menos operaciones de las que normalmente realizo. Mi récord habitual es de 178', comparte entusiasmado, habiendo competido con otros 500 niños de todo el mundo.

'Estoy muy contento con el tercer puesto. Fue una experiencia increíble en una ciudad tan bulliciosa', bromea Tobías desde su hogar en Gran Canaria. Este estudiante de quinto de primaria del Colegio Alemán de Las Palmas participó como representante de España, junto a su compañera Camila Ortiz, quien también es de Gran Canaria. De manera sorprendente, ambos lograron ocupar el tercer lugar en sus respectivos niveles de competencia.

Camila participó en ejercicios más avanzados que incluían multiplicaciones y divisiones, extendiéndose hasta cifras de 16 dígitos.

Antes de alcanzar este notable tercer puesto mundial, Tobías solo había competido una vez, siendo invitado a este evento por el prestigioso programa de cálculo visual y aritmético UCMAS. En su debut, logró una impresionante victoria al coronarse primero en la categoría Elementary A de cálculos aritméticos rápidos.

El interés de Tobías por el cálculo comenzó de forma lúdica al unirse a las actividades extracurriculares que ofrece UCMAS, un programa de desarrollo intelectual fundado en Malasia en 1993, que ahora opera en más de 80 países. En las Islas Canarias, UCMAS se estableció hace 15 años y está diseñado para estudiantes de primaria y secundaria.

En la India, Tobías y Camila se enfrentaron a un impresionante grupo de 5,000 participantes de entre 8 y 15 años, todos ellos considerados los mejores de sus respectivos países. Esta competencia ha resaltado el potencial de estos jóvenes prodigios, que no solo destacan en el cálculo sino también como embajadores de la educación matemática.

Tobías forjó una conexión especial con otra competidora ganadora del certamen, quien se mostró interesada en tomarse una foto con él por ser 'el único niño rubio y de piel clara' entre los participantes. Este momento destaca la diversidad en el evento y la camaradería que se forma entre los jóvenes talentos.