En las profundidades del ciberespacio, se encuentra un inquietante mercado ilegal donde se comercia con información altamente sensible de millones de usuarios. Este oscuro rincón de Internet, conocido como la ‘dark web’, es una zona clandestina que escapa al control de las fuerzas de seguridad, quienes luchan constantemente para desmantelar estas operaciones anónimas.

Para acceder a este mundo de sombras, es necesario utilizar navegadores específicos como Tor, así como conocer las direcciones exactas de los sitios donde se realiza este tipo de transacciones. Sin embargo, a pesar de lo arriesgado que es, algunos expertos en ciberseguridad se sumergen en estas aguas turbulentas con el fin de monitorear actividades ilícitas y desbaratar planes de ataque.

Precios de pesadilla para datos personales

Los precios de la información robada fluctúan según diversos factores, como la demanda y la novedad de los datos. Según datos recopilados por grupos especializados como Privacy Affairs, a finales de 2021, el precio promedio de los datos de una tarjeta de crédito española era de aproximadamente 40 dólares. Sin embargo, este número ha disminuido drásticamente, y se estima que en 2023, el costo se haya reducido a unos 20 dólares.

Comparando con otros países europeos, los datos de tarjetas de crédito del Reino Unido se han mantenido en torno a los 20 dólares, mientras que los de Estados Unidos rondan los 15 dólares. Pero hay mucho más en juego: las cuentas verificadas de servicios como Revolut o Stripe se ofrecen a precios escandalosos de hasta 1.600 dólares.

Además de los datos bancarios, en la dark web se comercia con documentos de identidad a precios alarmantes. Por ejemplo, un escaneado de pasaporte polaco puede costar 2.500 dólares, mientras que un francés puede alcanzar los 3.000 dólares. Un DNI español, sorprendentemente, tiene un precio entorno a los 15 euros, mientras que un pasaporte español ronda los 10 euros.

¿Cómo llegan nuestros datos a este osado mercado?

Seguramente te preguntes: ¿cómo es posible que mis datos personales acaben siendo comercializados en la dark web? La respuesta se encuentra en las constantes brechas de seguridad y ataques cibernéticos. Los delincuentes realizan campañas cada vez más sofisticadas para robar información personal, utilizando técnicas de ingeniería social que engañan a las víctimas para que proporcionen sus datos.

Desde ataques de phishing que parecen provenir de tu banco, hasta aplicaciones maliciosas disponibles en la Play Store, las amenazas están en todas partes. En un caso notable, una aplicación que supuestamente leía códigos QR escondía un malware diseñado para robar información bancaria.

Incluso si uno protege su propio entorno digital, no hay garantías. Brechas en servicios populares pueden exponer tus datos personales, incluyendo nombres completos, contraseñas y datos financieros. Por ejemplo, Air Europa sufrió un ciberataque en el que se robaron datos de más de 400,000 clientes, incluyendo información de tarjetas de crédito.

¿Cómo proteger nuestros datos de la dark web?

La protección comienza con una gestión consciente de nuestra actividad online. Haz un inventario de las plataformas que usas y refuerza la seguridad de tus cuentas con contraseñas robustas y métodos de verificación en dos pasos. Además, considera eliminar cuentas que ya no uses.

Utilizar gestores de contraseñas es útil, pero requiere precaución. Asegúrate de que tus credenciales no caigan en manos equivocadas. Además, ten cuidado al compartir información personal en redes sociales y en cualquier plataforma que uses. Recuerda que compartir detalles sensibles, como el código de un billete de avión, puede abrir la puerta a riesgos innecesarios.

¿Ya están tus datos en la dark web? Puedes averiguarlo mediante escaneos ofrecidos por compañías como Google o Malwarebytes. Mantente alerta y protegido en este vasto océano digital donde el peligro acecha en cada rincón.