Un trágico suceso ha marcado el inicio de una nueva campaña de vacunación contra la poliomielitis en Pakistán. Este martes, un policía fue asesinado y dos trabajadores sanitarios resultaron heridos en un ataque armado en la provincia de Jíbér Pajtunjua, justo cuando comenzaba la inoculación de niños para protegerlos de esta enfermedad devastadora.

Según informan las autoridades, el ataque ocurrió en el área de Shakar Jel. Alí Amin Gandapur, ministro principal de Jíbér Pajtunjua, ha hecho un llamado urgente a las fuerzas de seguridad para que intensifiquen su presencia y protejan a los equipos de vacunación que a diario arriesgan sus vidas para garantizar la salud pública.

La campaña de vacunación fue lanzada por el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, quien enfatizó la importancia de la inmunización ante el reciente aumento de casos de poliomielitis en el país. Se estima que en 2024 se han registrado aproximadamente 60 contagios, lo que representa un grave desafío para la salud pública.

La vacunación se llevará a cabo en 143 distritos y tiene como objetivo mejorar la cobertura sanitaria en un país donde la poliomielitis sigue siendo endémica. Durante el lanzamiento de la campaña, Sharif administró la vacuna a varios niños y exhortó a los padres a participar activamente en la inmunización de sus familias.

"¡Ganaremos esta guerra contra la polio, a pesar de las dificultades que hemos enfrentado!", declaró Sharif con determinación. El primer ministro advirtió que la poliomielitis, que se transmite principalmente a través de la vía fecal-oral, sigue siendo una amenaza latente, afectando especialmente a los más vulnerables: los niños.

Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el virus de la poliomielitis es endémico únicamente en Afganistán y Pakistán, después de que Nigeria lograra erradicar la enfermedad en 2020. A medida que avanza esta campaña de vacunación, es vital que las familias comprendan la importancia de la inmunización para proteger el futuro de sus hijos.

La comunidad internacional observa con preocupación estos eventos, ya que cualquier aumento en la violencia contra los equipos de salud puede poner en riesgo los avances en la lucha contra la poliomielitis. La situación en Pakistán es un recordatorio de los peligros que enfrentan quienes trabajan sin descanso por el bienestar de todos.