Nunca ha sido fácil llegar a un acuerdo entre el PSOE y Junts, pero la reciente reunión celebrada este fin de semana en los alrededores de Ginebra ha hecho que la situación sea más tensa que nunca. En este encuentro crucial, que forma parte de la mesa de diálogo pactada para la investidura de Pedro Sánchez, las fuentes revelan que se respiró una atmósfera de desconfianza que ahonda aún más en la crisis de confianza entre ambos partidos.

El PSOE comenzó la reunión con la esperanza de que Junts apoyara la senda de estabilidad y los Presupuestos, pero Carles Puigdemont no fue receptivo: "Ni siquiera es momento de hablar de este tema ahora", dejó claro, haciendo eco de la creciente desconfianza mutua. Esta falta de cooperación no solo plantea interrogantes sobre la gobernabilidad, sino que también resalta la percepción creciente entre los socialistas de que Junts podría ser un obstáculo insalvable.

Además, durante la reunión, Junts expresó su malestar por varios incumplimientos del Gobierno, incluyendo la no oficialización del catalán en la UE y la falta de avances en temas cruciales como el traspaso de competencias de inmigración. Los reproches fueron contundentes: "Solo ahora estáis empezando a cumplir el acuerdo de investidura". Esta afirmación deja en evidencia la desesperación de Junts y la presión que están ejerciendo sobre el Gobierno para que actúe pronto.

Sin embargo, los momentos más tensos ocurrieron cuando se tocó el tema de la reciente fuga de Puigdemont después de su viaje a Barcelona. A pesar de ello, este crucial encuentro no logró resolver los temas pendientes que continúan dividiendo a ambos partidos.

La agenda política se complica aún más con la inminente votación sobre la senda de estabilidad, que se llevará a cabo la próxima semana en el Congreso. Cabe destacar que Junts ya tumbaron esta medida en julio, y Puigdemont reiteró su firme decisión de votar en contra si el Gobierno no presenta cambios significativos. Con los siete votos de Junts siendo vitales, el escenario se presenta crítico.

"Solo si el Gobierno está dispuesto a modificar la senda de estabilidad y abrirse a negociar con nosotros, consideraremos apoyarlos", afirmó Puigdemont, lo que subraya la fragilidad del Gobierno de Sánchez en este momento. Este cara a cara entre socialistas e independentistas no solo pone en riesgo los Presupuestos, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad política de toda la legislatura.

La incertidumbre que rodea esta situación está generando preocupación entre los socialistas, quienes ven cómo el futuro de su mandato depende de una coalición que parece tambalearse. La advertencia de Puigdemont sobre el enfoque "partido a partido" en las negociaciones deja en claro que no hay espacio para la complacencia y que cada decisión estará sujeta a un análisis meticuloso.

Así, mientras el PSOE busca estabilidad, Junts parece decidido a seguir jugando su propia partida, levantando el telón sobre un drama político que podría tener repercusiones significativas para España en los meses venideros.