Israel ha establecido que el cruce fronterizo de Rafah será operado por "gazatíes no afiliados a Hamás", en una reciente declaración oficial de la Oficina del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Esta afirmación contradice un informe anterior del diario Asharq Al Awsat, que indicaba que se había llegado a un acuerdo para que la Autoridad Palestina supervise el cruce, con el respaldo de la ONU y otros organismos internacionales.

Netanyahu también comentó que las tropas israelíes continúan en el cruce, asegurando que "ninguna persona pasa sin la supervisión y aprobación del ejército y de los servicios secretos, Shin Bet".

A partir del 14º día del alto el fuego, Israel permitirá que 50 milicianos heridos de Hamás salgan diariamente de la Franja hacia Egipto para recibir tratamiento médico, según informó el diario Haaretz. Esta medida estará vigente hasta que finalice la primera fase del acuerdo de alto el fuego, el cual se prevé dure 42 días. Los milicianos que reciban atención médica podrán estar acompañados por un máximo de tres personas.

El acuerdo también incluye la autorización para que 200 civiles diarios puedan cruzar hacia Egipto durante los primeros 28 días del alto el fuego, lo que se traduce en aproximadamente 5,500 traslados en total durante esta fase inicial.

En medio de este contexto, Hamás ha calificado un reciente ataque apuñalando a cuatro personas en Tel Aviv como una "respuesta natural" a la incursión israelí en Yenín, donde el ejército ha informado que han abatido a al menos 10 palestinos.

La operación en Yenín ha generado preocupación internacional, y la ONU ha instado a cesar lo que considera "genocidio de palestinos" por parte de Israel, advirtiendo que si estas acciones continúan, podrían extenderse más allá de Gaza y afectar a Cisjordania.

Con más de 47,100 vidas perdidas y más de 111,000 heridos en Gaza desde el inicio de la ofensiva de Israel, expertos y activistas de derechos humanos están levantando la voz sobre la necesidad urgente de una intervención internacional y soluciones diplomáticas.

Al tiempo que Egipto se prepara para reabrir el cruce de Rafah, aún se evidencian las secuelas devastadoras de la guerra, con numerosos edificios destruidos y un gran número de desplazados. En este escenario de constante tensión, la comunidad internacional sigue observando de cerca los eventos, mientras que organizaciones humanitarias intentan llegar con ayuda a los miles de afectados.