El gobierno venezolano ha tomado una medida drástica este miércoles al convocar a consultas a su embajador en Brasil, en lo que se considera una respuesta contundente a las declaraciones "injerencistas y groseras" del jefe de la asesoría especial para asuntos internacionales de Brasil, Celso Amorim.

En una reciente entrevista, Amorim acusó el gobierno de Nicolás Maduro de no haber respetado el "principio de transparencia" en las elecciones presidenciales del 28 de julio, afirmando que la victoria de Maduro fue "autoproclamada" y, por lo tanto, no debería ser reconocida por el Ejecutivo brasileño. Estas afirmaciones han encendido las tensiones entre ambos países, poniendo de manifiesto la fragilidad de las relaciones bilaterales.

Como respuesta a estas polémicas acusaciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela ha anunciado que, siguiendo las directrices del presidente Nicolás Maduro, se ha decidido de forma inmediata convocar a su embajador Manuel Vadell, quien se desempeña en Brasilia. La Cancillería ha enfatizado que esta decisión busca enviar un mensaje claro a la comunidad internacional sobre la posición de Venezuela ante lo que considera una intromisión en sus asuntos internos.

Además, Yván Gil, el Ministro de Exteriores de Venezuela, se ha reunido con el representante diplomático brasileño -aunque no se ha revelado su identidad- para expresar su "más firme rechazo" a las declaraciones de Amorim. Este intercambio tenso de palabras subraya las crecientes fricciones entre Caracas y Brasilia, y podría tener repercusiones importantes en la política regional y en la futura cooperación bilateral.

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