Ciencia

Superando el abismo del suicidio: Historias de transformación y esperanza

2025-09-10

Autor: Laura

Desde el dolor hacia la luz

"Solo deseaba dormir y nunca despertar, buscando la paz en un mar de sufrimiento eterno. No quería morir, solo anhelaba acabar con el dolor insoportable que me acompañó durante años. Me sentía atrapada, sin salida. Pero quiero decirles que hay esperanza. Después de caer en el fondo, ahora veo el negro y también una gama de colores que antes no reconocía". Así relata Lidia Cabrera, de 25 años, su experiencia tras tres intentos de suicidio, incluyendo uno que la dejó con discapacidad del 43%. Ahora, comparte su historia de reconstrucción junto con otras personas que han encontrado la fuerza para seguir adelante.

Un día para reflexionar sobre el suicidio

Este miércoles conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, cuyo lema es "Cambiar la narrativa". El objetivo es crear un ambiente donde las organizaciones y la sociedad hablen abiertamente sobre el suicidio y sus causas profundas, un tema tabu hasta hace poco. Según la OMS, se estima que más de 720,000 personas se suicidan cada año en el mundo, un dolor que resuena entre millones.

Historias de luz en medio de la oscuridad

Javier Corral, de 48 años, relata su propio viaje. "Quería dormir sin pensar. Un pequeño momento de lucidez, como mis perros sufriendo por mí, me hizo darme cuenta que no podía dejar que eso sucediera". Tras varios intentos, encontró la ayuda que necesitaba en un momento de vulnerabilidad.

Cristina Espiau, de 25 años y diagnosticada con un trastorno esquizoafectivo, también combatió sus demonios. Tras un diagnóstico incorrecto que le causó un calvario de sufrimiento, ahora celebra su progreso. "No quería morir, solo dejé de querer sufrir. El diagnóstico correcto me permitió buscar la terapia que verdaderamente necesitaba".

La fuerza de la familia y la terapia

Los familiares también desempeñan un papel crucial en el proceso de sanación. Jordi Batalla, de 57 años, se aferró a las palabras de su hermano después de su segundo intento de suicidio. Su apoyo fue un rayo de esperanza en su oscuro camino.

"Hay que evitar frases como 'Tienes todo para ser feliz', porque pueden ser devastadoras. Si una persona llega a querer quitarse la vida, significa que no ve valor en lo que tiene", explica Jordi, quien ahora ayuda a otros a encontrar esa luz en sus propios túneles oscuros.

Una llamada a la acción

Lidia, ahora trabajando como integradora social, recuerda sus días más oscuros, y cómo a través de la terapia y el amor pudo construir una vida significativa. "Me sigo preguntando de dónde saqué las fuerzas, pero sé que hay esperanza. El primer paso es reconocer que se necesita ayuda, y ese es un acto de valentía".

A todos aquellos que luchan, estas historias son un faro de esperanza. Si tú o alguien que conoces está atravesando un momento difícil, recuerda que buscar ayuda es el primer paso hacia una nueva vida llena de posibilidades y colores.