Finanzas

¡Stellantis en Crisis: Se Busca Nuevo CEO y los Rumores no se Detienen!

2024-09-30

En 2020, Stellantis hizo su gran debut tras la fusión entre FCA y el Grupo PSA, convirtiéndose en el conglomerado automovilístico más grande del mundo con 14 marcas a su cargo. Este gigante ha añadido a Leapmotor a su cartera, lo que le permitirá distribuir vehículos eléctricos chinos en mercados internacionales. Sin embargo, el futuro de Stellantis está bajo un intenso escrutinio.

Carlos Tavares, CEO de la compañía, ha impulsado una drástica reducción de costos desde el inicio, dejando claro que cualquier marca no rentable estaría en riesgo de cierre. Maserati, una de las joyas italianas del grupo, se encuentra cuya rentabilidad se pone en duda, generando rumores de cierre o incluso una posible venta. Junto a Maserati, marcas como DS y Lancia también enfrentan un futuro sombrío.

La situación se ha vuelto aún más complicada. Tavares ya advirtió que su objetivo es evitar seguir el 'camino de Volkswagen', conocido por sus recientes dificultades financieras. En un esfuerzo por controlar los gastos, Stellantis ha implementado estrategias como compartir plataformas de vehículos, lo que ha llevado a que varios modelos sean prácticamente versiones de un mismo automóvil.

A pesar de haber reportado un margen de beneficios del 12,8% en 2023, las cifras han caído notablemente. En el primer semestre de 2024, el beneficio neto disminuyó un 48% en comparación con el año anterior, y el margen de beneficios cedió al 10%. Esta drástica caída ha dejado a la firma en una posición precaria, especialmente en Estados Unidos, donde se reportaron 1,4 millones de vehículos sin vender acumulados en sus almacenes.

Stellantis ha tenido que lidiar con una acumulación de inventario que ha forzado a la empresa a ofrecer descuentos significativos, poniendo en riesgo la percepción de sus marcas. Además, ha habido despidos masivos que han reducido la producción, a la vez que Tavares presionó al gobierno canadiense para obtener más subsidios, amenazando con cerrar una planta local.

Con una desaceleración del mercado, Stellantis ha revisado a la baja sus previsiones de producción, reduciendo su meta en 200,000 unidades para 2024 y ajustando el margen operativo esperado al 5,5%. Ante esta situación, se plantea la continuidad de Tavares como CEO, ya que Bloomberg ha informado que Stellantis busca un reemplazo para 2026, coincidiendo con la finalización de su contrato.

Mientras tanto, las tensiones internas aumentan, ya que los procedimientos para reducir costos incluyen la relocalización de la producción a Marruecos, donde se fabrican coches más asequibles. En Italia, las propuestas incluyen ensamblar vehículos chinos en plantas históricas de Fiat, generando conflictos con el gobierno que ha amenazado a la compañía con sanciones e incluso despidos masivos.

Los problemas organizacionales se agravan por las políticas de empleo agresivas de la empresa, que, según los empleados, se manifiestan en correos masivos para ofertas de búsqueda de empleo, generando un ambiente laboral tenso que podría resultar en una pérdida de habilidades cruciales dentro de la compañía. Todo esto deja a Stellantis en una encrucijada, obligada a tomar decisiones críticas para su supervivencia en la feroz batalla del mercado automotriz.