Pedro Sánchez ha sorprendido a todos esta semana con un conmovedor tributo al Papa Francisco, a quien describió como "un amigo de España" y un "referente moral y espiritual". En su mensaje, destacó la incansable lucha del Sumo Pontífice contra la pobreza, su enfoque humanista sobre la migración, y su compromiso con el cambio climático y la intolerancia. Sánchez enfatizó que "el mundo echará de menos su valor y su mensaje", prometiendo que España lo honrará.

Pero aquí viene la parte inesperada: apenas unas horas después, se reveló que Sánchez no asistirá al funeral del Papa en el Vaticano. En su lugar, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, representará al Gobierno, acompañando a los Reyes Felipe VI y Letizia, quienes liderarán la delegación española.

Esta decisión ha dejado perplejos a muchos dentro del PSOE. Fuentes cercanas han confesado su desconcierto ante la ausencia del presidente en un evento de tal magnitud, donde se espera la presencia de líderes de todo el mundo. Las especulaciones aumentan, sobre todo porque no se ha discutido públicamente ninguna razón de agenda que justifique su decisión.

En la Moncloa, el silencio ha sido abrumador. Los funcionarios han hecho oídos sordos a las preguntas sobre el porqué de su decisión, limitándose a comparar el funeral con otras ceremonias a las que solo asisten los Reyes. Sin embargo, muchos recuerdan el pasado reciente, cuando el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero asistió al funeral de Juan Pablo II junto a los Reyes.

Y no solo eso, otras naciones están enviando sus más altos representantes. Bélgica y los Países Bajos enviarán a sus líderes, y el Reino Unido hará lo propio con el príncipe Guillermo y el primer ministro Keir Starmer, asegurando una fuerte representación.

A pesar de la crítica inminente, algunos, como Emiliano García-Page, han minimizado la controversia, argumentando que no hay una "causa política" detrás de la decisión. Sin embargo, la comunidad política sigue cuestionando esta estrategia, mientras las especulaciones sobre el futuro de Sánchez y su liderazgo dentro del PSOE continúan en aumento.