En un giro inesperado de los acontecimientos, el Ministerio Público de Venezuela ha confirmado que el opositor Fernando Martínez Mottola, quien se había asilado en la Embajada de Argentina en Caracas hasta este jueves, ha decidido colaborar con la fiscalía. El Ministerio ha señalado que Mottola fue interrogado sobre supuestos "hechos violentos, conspirativos y desestabilizadores" que tendrían su origen en la sede diplomática, de la que salió "voluntariamente".

El MP destacó en una publicación de Instagram: "Martínez Mottola decidió colaborar activamente con la Justicia venezolana, en el marco del debido proceso estipulado en el artículo 49 de la Constitución de la República". Este movimiento ha sorprendido a muchos observadores de la política venezolana, quienes no esperaban tal acción de un líder opositor.

Se informa que Mottola se presentó en la sede principal de la fiscalía en Caracas el jueves, en medio de una intensa atención mediática nacional e internacional. Su declaración se centra en supuestos "graves actos violentos y conspirativos" que se habrían organizado desde la embajada argentina después de las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio.

Martínez Mottola, que fue asesor de la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), había estado en la embajada desde marzo junto a otros cinco antichavistas, quienes se refugiaron debido a acusaciones de conspiración y traición a la patria.

Desde que los asilados comenzaron a refugiarse en la embajada, han denunciado un "asedio permanente" por parte de las fuerzas policiales, sufriendo cortes de luz y agua, lo que les ha llevado a solicitar ayuda a Brasil para poder salir de Venezuela sin riesgos.

En la residencia diplomática también se encuentran otros antichavistas como Pedro Urruchurtu, Magalli Meda y Claudia Macero, quienes han pedido salvoconductos a 13 países, incluidos Estados Unidos y Argentina, para poder abandonar el país de manera segura.

La relación entre Argentina y Venezuela se deterioró notablemente después de las elecciones del 29 de julio, en las que Nicolás Maduro fue declarado ganador en un proceso que muchos han considerado "fraudulento". La comunidad internacional, incluso el presidente argentino Javier Milei, ha manifestado su descontento con los resultados, defendiendo la postura de que el verdadero ganador fue el opositor Edmundo González Urrutia.

Desde entonces, los intercambios hostiles entre los gobiernos de Maduro y Milei se han intensificado, y la tensión aumentó aún más tras la detención de un gendarme argentino en Venezuela, acusado de supuestos planes terroristas. Este último capítulo de la crisis político-diplomática subraya la complejidad del escenario actual en la región.